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Las patatas fritas son el enemigo público número uno del peso ideal, según una investigación de la Escuela de Salud Pública de Harvard (EE.UU.) que ha analizado por qué las personas adultas sanas tienden a ganar peso poco a poco con los años. Junto a las patatas fritas, también contribuyen al aumento lento y progresivo de peso el consumo habitual de refrescos azucarados, de carnes rojas y procesadas y de cereales refinados.
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Sin duda es una noticia horrible para los que amamos las papas fritas, patatas fritas, patates fregides, french fries o como sea que se llamen en cada país. Ya sabiamos que tanta perfección de sabor, tanto placer no podía ser bueno para la salud. Siempre hay un estudio científico que se encarga de desmoralizarnos sobre los hábitos de consumo populares, en este caso los sesudos científicos de Harvard hacen un repaso muy profundo a la evolución del peso según la dieta cotidiana y viene a demostrar que la ingesta habitual de patatas fritas contribuye decisivamente a un aumento de peso espectacular con el paso de los años.
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Para que el informe no sea tildado de interesado por el sector del yogur (el gran beneficiado del estudio), nos dicen que podemos moderar la frecuencia de las patatas fritas en el menú de nuestras vidas. Gracias señores de Harvard por desmoralizar a la mitad del planeta, voy a celebrarlo con unos huevos fritos con patatas y chorizo.
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