Durante tres meses seguidos mi esposa y yo nos mirábamos a los ojos y sabíamos lo que queriamos: ir a comer a Fuji los sábados al mediodía porque nos vuelve locos la comida japonesa que apuesta por los sabores ancestrales, las elaboraciones de toda la vida. . Ahora nos hemos controlado un poco y estamos en rehabilitación, agarrando nuevos deseos para un retorno emocionante, pero a pesar de esta pequeña distancia que hemos forzado, cabe reconocer la multitud de méritos que tiene el restaurante Fuji. . Nuestros hitos se resumen en una ración de sashimi mixto con cantidad extra del pescado "escolari", el mejor de todos, por cierto no puede faltar la ensalada de wakame. Los entrantes fríos son en realidad la espera por los calientes que motivan nuestro regreso: las sopas de pasta udon, desde la Nabeyaki de carne, langostinos, huevo y vegetales a la tempura soba y otras variantes que construimos de forma personalizada por tantas veces que nos han visto, a mi me gusta la de tempura
Gastronomía