Hay vivencias de infancia que se enmarcan en sucesos cotidianos que quedan almacenadas en algún lugar muy escondido de la memoria. Recuerdos que según el camino que tomemos en la vida pueden olvidarse para siempre. La memoria es selectiva e interesada y puede regresar a la vanguardia de nuestra vida en cualquier momento. Coincidiendo con el nacimiento de mi hija recuperé con fuerza las navidades de infancia, cuando en la mesa de nochebuena mi padre brindaba con el mejor champagne en una época en la que el cava todavía jugaba un papel asociado a un consumo masivo en las fiestas y con una calidad muy básica. En aquellos tiempos mis padres viajaban siempre que tenian la oportunidad, nosotros haciamos fiesta de sus ausencias y también con sus regresos plagados de regalos infantiles de otras latitudes. Entonces los viajes no eran transoceánicos... fuera de la europa occidental no habia nada que les llamara la atención. Entre sus viajes favoritos el Norte de Italia y el Noreste de Francia......
Gastronomía