el SIG. Primeras impresiones

El lunes después del SIG siempre es dificil para el que lo ha vivido al máximo, sea un expositor, conferenciante o aficionado... la mañana del lunes es una mezcla de cansancio acumulado en las cuerdas vocales y los pies, una sensación de vacio y de silencio después de cuatro días de furor, aglomeraciones y miles de conversaciones con cientos de amigos, clientes, conocidos y desconocidos.

El SIG empezó para nosotros el miércoles en The Hotel y el coctel de recepción para los actores del espectáculo, cocineros, expositores, visitantes internacionales y periodistas. Reencuentros después de un año en algunos casos, competidores que ya son colegas, nuevos amigos y los de cada dia con ganas de disfrutar... las energías intactas y todas las espectativas que cada uno quiera meter en su propia coctelera. La noche tuvo epílogo en una quinta de la zona noble de la Caracas de toda la vida, unos pocos amigos que no quieren despedir la noche y que seguimos pecando con mucho gusto criollo gracias a una nueva jam session de José Luis Alvarez para que los visitantes más ilustres llegados de lejanas latitudes empiecen a sentir que esta Venezuela también es suya. El tuya-mía entre Santamaría y Scannone resulta memorable... Dios los cría y ellos se juntan.

La mañana siguiente con pocas horas en la cama y muchos sueños por cumplir, nos citamos en el salón de actos de la Universidad Metropolitana para la primera clase magistral de Santi Santamaría. Sumito lo ha resumido a la perfección en El Nacional metiendo a Santi entre comillas.

El jueves arrancó en la zona rental con un ritmo parsimonioso, poco a poco se iba animando el ambiente. Nosotros lo caldeamos pronto con la primera charla sobre el aceite de oliva y la presentación en sociedad por la tarde de los vinos generosos de Francisco Robles. En nuestro stand tenemos un hueco insalvable, una pared blanca vacía que esperamos poder vestir con la novedad más anhelada que llega por vía aerea desde Argentina pero que queda trancada en aduanas... mi socio Humberto desaparece por dos días del salón hasta lograr que se libere la carga.

Sin él, nuestro stand pierde en organización, porque Humberto es un especialista en la gestión del flujo del espacio y yo estoy acostumbrado a vivir el SIG fuera del stand y a preocuparme unicamente por hablar de nuestros productos y gozar de las amistades... Afortunadamente regresó la mañana del sábado y traía bajo el brazo el fruto de todo el sacrificio: los afiches de los descriptores aromáticos del vino y del whisky que descubrí en mi estancia mendocina.

Como la vida está llena de casualidades, más de una con notas finas de ironía, la que le esperaba a mi socio no se la creerian ni sus nietos. Si jueves y viernes, Humberto sufría en las aduanas del país por materializar una ilusión, el sábado por la tarde se aparece en el stand un antiguo compañero de estudios que ahora es superintendente aduanero y tributario. Nosotros pensabamos sorprender a los visitantes unicamente con la grata presencia de la modelo de ébano Onelises Brochero, magnífica durante los cuatro días como anfitriona del stand, y con el arte y salero de Lorena y María Fernanda que simbolizaban la naturaleza andaluza de nuestros aceites y vinos...

El SIG fueron vinos propios y vinos ajenos, de los nuestros el más aclamado ha sido el que más ilusión me hacía: el Robles vino de uvas pasas Pedro Ximénez Selección de Soleras 1927. De los que otros atesoran me encantó la vertical de Almaviva, sobretodo por el 95 que tuvo una apertura con notas rarisimas a aceituna en lo más recóndito de su boca y a mejillones en los aromas desbocados de los primeros minutos... que rareza tan divertida !!!!!!!!

De los que casi no tengo botellas, ofrecí para un pequeño grupo que quiso pagar el peaje el contrapunteo entre el Roda I 2002 y el Cirsión 2005 de Bodegas Roda. El peaje que yo quise pagar como contrapartida fue la cata de los tintos de la Borgoña organizada por el Tamanaco y dictada por una Maria Isabel Mijares soberana ante la que unicamente puedo quitarme el sombrero... ¡ Que grande es y cuanto me había perdido en los dos años anteriores por no haber asistido a su magisterio !

De los 7 Pinot Noir catados os hablaré con mayor detalle en una próxima intervención... no tengo palabras o quizás si, pero en otro contexto. Si el año pasado fueron los Barolo los que se ganaron mi corazón, este año los micro terroir borgoñeses me han dejado volando.

El SIG de los cocineros se me ha escapado de las manos, solo pude asistir al concierto de Takeshi Nagahama y Carlos García en condición de contertulio. Me perdí a Atala de quien tanto he hablado en las últimas semanas y entre los nuestros la charla de Myerston-Launois-Romero de la que he solicitado resumen conceptual para poder saber como trasladaron en público su pensamiento culinario. Me lo perdí todo porque este año fui enclaustrado en los pasillos de la zona de exposición y muchas más personas requieren información de lo que hacemos en Venezuela y desean disfrutar de nuestra hospitalidad en el stand... ese es mi oficio y lo acepto con gusto.

Como toda tormenta requiere de una vuelta a la calma, la noche de ayer tuvo un colofón a la altura de las circunstancias. Don Carlos García abría una ventana de su Alto, nuevo, por estrenar, para encender por primera vez los fogones ante las personas de su confianza. Un primer entrenamiento con público que deja un mensaje contudente: es muy Alto lo que en breve Carlos le va a ofrecer a esta ciudad, ¡ que retorno tan esperado, amigo !