Hay que ser un recién llegado a este país para no conocer lo que se cuece en Caffé Pomodoro, todos tarde o temprano regresamos a este templo de la pasta y el vino para sentarnos bajo sus parras de mentirijilla y una decoración propia de los estudios de Cinecittà que pretende transportarnos a la roma clásica como un mensaje subliminal de que aquí las pastas italianas son tan buenas como en la ciudad eterna. . Para nuestra familia esa es una gran verdad, hemos ensayado con casi todas las que ofrecen en la carta en unas 30 visitas en poco más de un año. La razón principal de nuestros retornos es la satisfacción que sienten los niños por sus linguini alfredo y la disputa por cada pedazo de cervela. . Se sientan como adultos, saludan a todos los meseros con familiaridad y se sienten queridos, especialmente con una gran persona como Jose, y cuando nos vamos ya preguntan por el siguiente regreso. Para los adultos, es un placer el alterne que propone la carta: primero seleccionamos el tipo de ...
Gastronomía