Considero una suerte inmensa para todos los enófilos, locos, fanáticos y creyentes del Dios Baco que convivimos en Panamá que por fin exista una cueva secreta donde reunirnos las doncellas y caballeros que juramos fidelidad eterna al contenido más literal del Santo Grial: el Vino. . En este templo de copas y taninos se juntan dionisio, baco, los apostoles y hasta Robert Parker y su abogacía del vino para situar en los altares a los grandes protagonistas: las botellas. Nunca ha sido más certera esta imagen porque en Cavas se nos muestran más de 80 beatos, santos y arcángeles blancos, rosados, tintos y espumantes en sus pedestales tecnológicos, y gracias a estas máquinas de precisión, el vino se conserva in secula seculorum a botella abierta sin perder su esplendor vital. . Los feligreses al entrar recibimos un pasaporte para administrar nuestras pasiones, tarjeta con chip y crédito incorporado, localizamos y elegimos el tamaño del expendio en la copa del santo de nuestra devoción: una
Gastronomía