Una de las cuentas más abultadas que haya recibido pertenece a uno de los días gastronomicos más memorables de mi vida. Fue durante la celebración de una reciente edición de la Feria Alimentaria de Barcelona. Coincidimos con varios amigos de Venezuela vinculados al mundo gastronómico y nos citamos una mañana para desayunar en el Can Ravell de la calle Aragó, nos apropiamos de uno de los mesones en su planta baja y no hubo quien nos moviera de ahí. El desayuno dio lugar al aperitivo y del aperitivo sin darnos cuenta le entramos al almuerzo. extendimos la sobremesa y nos dieron las tres y las cuatro, las cinco y lás seis y llegó la hora de la merienda. En medio de todo ello habían ido pasando frente a nuestros paladares prácticamente todas las seductoras sugerencias de un rey de la gula como es Josep Ravell , sin duda es un peligro dejarse llevar por un personaje que interpreta como pocos los deseos de sus clientes pero al que hay que tenerle cuidado con la calculadora cu
Gastronomía