A principios de la semana pasada salí a cenar una noche gracias a una generosa invitación de mi amigo Carlos García , está trabajando duro para conseguir que la experiencia gastronómica en el Alto sea memorable. Esa fue la última salida nocturna antes del referendum, el sábado al mediodía para templar los nervios de toda la familia buscamos refugio en El Alazán , hacía mucho tiempo que no atacaba una punta trasera, aunque debido a la Ley seca tuvimos que renunciar a la experiencia completa de tomar un trago de Whisky. En mi caso asocio el placer de un aperitivo de whisky a la venezolana con El Alazán, allí aprendí a aceptar el hielo y agua en un trago que siempre preferí a secas como digestivo al final de una comida. Fue tan satisfactoria la punta trasera que el lunes por la noche regresé de nuevo para entrarle a un churrasco de impresión y celebrar el final feliz de la película electoral... mi cuerpo pedía carne fresca... y no le negué este instinto básico. El ambiente era extraordina
Gastronomía