A lo largo del año visitamos unas cuantas veces las islas de la calzada de Amador, principalmente para desayunar al estilo panameño en un par de locales antes de la visita con los niños al zoológico marino del centro smithsonian de Punta Culebra, de modo que en contadas ocasiones almorzamos o cenamos por la zona. Mi socio y su familia hablaban constantemente de este restaurante y alababan sus carnes, al final un mediodía festivo fuimos con ellos a comer. El lugar estaba abarrotado y según entendí es lo habitual debido a su enorme éxito entre los panameños después de años de trayectoria. La calidad de la comida estuvo muy por encima de las expectativas ya que lo catalogaba como un comedor sin mayores pretensiones, es decir, cantidad por encima de la calidad y a precios solidarios. No es exactamente así aunque parte de la oferta (vi una picada variada servida como si fuera una montaña de comida mezclada) nos haga pensar en esta fórmula. La carta es muy, pero muy, amplia, de forma que
Gastronomía