Ya falta menos para la navidad, los niños empiezan a soñar con los regalos que recibirán la noche de navidad de la mano de Santa Claus o la llegada de los Reyes Magos de Oriente con sus camellos cargados de juguetes. Para los míos todavía es tiempo de sueños e ilusión, una expectativa que en la noche de reyes se convierte en nerviosismo que desemboca al amanecer en una escena mágica cuando los paquetes son descubiertos del mismo modo que los rastros que dejan los reyes en la casa, la cena que les preparamos para darles la bienvenida ha sido engullida y solo quedan las sobras, en el jardín aún son visibles las huellas de los camellos... .. Quien no desearía regresar por unos instantes a esa edad en la que la magia y la imaginación era la norma y la cotidinanía aburrida de los adultos un espejo imposible en el que no nos reconociamos. Si pudieramos hacer por una noche un viaje al mundo de la ilusión infantil pero con alguna de las pasiones de la vida adulta como el disfrute de los sen
Gastronomía