En varias de las comidas importantes que hicimos durante nuestra visita a Chile comimos especificamente marisco... tanto Fernando como yo somos fanáticos de estos frutos del mar y Chile era una oportunidad de saciarnos que no podiamos despreciar. La otra motivación es la posibilidad de descubrir vinos blancos chilenos no presentes en el mercado venezolano y encontrar el maridaje perfecto con el ágape marino. Una vez conocimos la variedad de la oferta hubo que adaptarse al gusto chileno ya que a ellos les encanta "enmascarar" la materia prima de modo que el sabor de los moluscos y crustaceos casi nunca se presenta "al natural" o "vivo" sinó con picadas de vegetales, empanizados o queso fundido como en la más famosa de las recetas, las machas a la parmesana . Esta particular manipulación del marisco obliga a reflexionar sobre el vino blanco, por defecto hubieramos seleccionado vinos de la variedad Sauvignon Blanc, pero como el sabor del molusco se amalgama o...
Gastronomía