En varias de las comidas importantes que hicimos durante nuestra visita a Chile comimos especificamente marisco... tanto Fernando como yo somos fanáticos de estos frutos del mar y Chile era una oportunidad de saciarnos que no podiamos despreciar. La otra motivación es la posibilidad de descubrir vinos blancos chilenos no presentes en el mercado venezolano y encontrar el maridaje perfecto con el ágape marino.
Una vez conocimos la variedad de la oferta hubo que adaptarse al gusto chileno ya que a ellos les encanta "enmascarar" la materia prima de modo que el sabor de los moluscos y crustaceos casi nunca se presenta "al natural" o "vivo" sinó con picadas de vegetales, empanizados o queso fundido como en la más famosa de las recetas, las machas a la parmesana.
Esta particular manipulación del marisco obliga a reflexionar sobre el vino blanco, por defecto hubieramos seleccionado vinos de la variedad Sauvignon Blanc, pero como el sabor del molusco se amalgama o queda dominado por otro ingrediente, convenimos en orientarnos más hacía el Chardonnay y especialmente hacia aquellos más complejos con paso en madera. De hecho con un plato como las Machas a la parmesana, un viognier que habia probado en una de las bodegas que visitamos hubiera sido excelente e incluso vinos rosados o blancos con notas dulces.
Extrañamente, no conseguí en ningun restaurante las almejas y berberechos de formato "clásico" o las navajas o navajuelas y mucha gente no las conocía, en España son un manjar apreciadisimo y la mayoría viene importado de Chile congelado o en conserva.
Festival del Marisco como entrante en un restaurante de Santiago, en primer plano pinza de jaiba al natural, siguiendo por la izquierda, locos y ostras al natural, mejillones con ajo y cilantro, calamares, vieiras, camarones al ajillo y machas a la parmesana. De plato principal nos fuimos por el congrio y la curvina. El dia antes habiamos comido la reineta, en todos los casos el pescado quedó ofuscado por las salsas y/o por demasiada cocción... me faltaron dias para experimentar en otros restaurantes y comprobar si se trata de mala suerte o si estoy alejado en preferencias sobre como lo preparan en Chile
Una vez conocimos la variedad de la oferta hubo que adaptarse al gusto chileno ya que a ellos les encanta "enmascarar" la materia prima de modo que el sabor de los moluscos y crustaceos casi nunca se presenta "al natural" o "vivo" sinó con picadas de vegetales, empanizados o queso fundido como en la más famosa de las recetas, las machas a la parmesana.
Esta particular manipulación del marisco obliga a reflexionar sobre el vino blanco, por defecto hubieramos seleccionado vinos de la variedad Sauvignon Blanc, pero como el sabor del molusco se amalgama o queda dominado por otro ingrediente, convenimos en orientarnos más hacía el Chardonnay y especialmente hacia aquellos más complejos con paso en madera. De hecho con un plato como las Machas a la parmesana, un viognier que habia probado en una de las bodegas que visitamos hubiera sido excelente e incluso vinos rosados o blancos con notas dulces.
Extrañamente, no conseguí en ningun restaurante las almejas y berberechos de formato "clásico" o las navajas o navajuelas y mucha gente no las conocía, en España son un manjar apreciadisimo y la mayoría viene importado de Chile congelado o en conserva.
Festival del Marisco como entrante en un restaurante de Santiago, en primer plano pinza de jaiba al natural, siguiendo por la izquierda, locos y ostras al natural, mejillones con ajo y cilantro, calamares, vieiras, camarones al ajillo y machas a la parmesana. De plato principal nos fuimos por el congrio y la curvina. El dia antes habiamos comido la reineta, en todos los casos el pescado quedó ofuscado por las salsas y/o por demasiada cocción... me faltaron dias para experimentar en otros restaurantes y comprobar si se trata de mala suerte o si estoy alejado en preferencias sobre como lo preparan en Chile
El gran triunfador entre los vinos blancos que compartieron manteles fue el Casa Lapostolle Cuvée Alexandre Atalayas Vineyard Chardonnay 2005. Impresionante, grande, único en elegancia, super maduro en aromas... tanto Fernando como yo quedamos impresionados y fuimos pacientes en disfrutarlo... ese fue el gran premio porque a la hora aún era más seductor.
La preparación más popular, las machas a la parmesana, de todas las veces que comimos, las del restaurante "El Chiringuito" de Zapallar, en la costa de Cochagua, resultaron las mejores con diferencia, sobretodo por la ajustada presencia del queso. Al fondo, unos "locos" empanizados. Definitivamente el loco, un caracol parecido al botuto en Venezuela, tiene una textura que no me resulta amable en la boca. Empanizado resultaba aún menos idoneo ya que parecía el sabor de un pollo empanizado
Veramonte Chardonnay reserva del valle de Casablanca, hubo disparidad de opinión con este vino aunque en su relación calidad precio me pareció muy bueno. Posiblemente el problema era la comparativa con el Cuvée Alexandre del día anterior
De largo la comida de El Chiringuito de Zapallar estaba siendo la mejor. No habiamos tenido suficiente con una ración de jaiba y ordenamos dos platos más, repetimos las pinzas al vapor y nos lanzamos a por el pastel de Jaiba, realizado con las patitas menores, creo que resultó el mejor plato de toda la estancia en Chile junto con las mollejas de res que comimos una noche en el bullicioso y divertidisimo restaurante de carne "Don Carlos"
Seguro tienes buenas fotos Oriol, te recomiendo consideres ponerlas en Slide.com
ResponderEliminarquerida Maria Luisa,
ResponderEliminarmuchas gracias por el consejo, voy a ver que puedo hacer