Ayer noche regresé de Chile, donde he pasado los últimos días, aprovechando la tregua de dias festivos en el calendario venezolano. Viajé con mi socio Fernando Duque con el objetivo de descubrir la profundidad de su cultura vinícola, conocer el desarrollo del ganado ovino y comprobar en vivo la evolución en la producción del aceite de oliva. Objetivos profesionales a parte, me motivaba especialmente conocer su nivel gastronómico enfocado principalmente a sus materias primas del mar.
He quedado profundamente impactado por desarrollo de Chile, tenía conocimiento de su nivel pero jamás imaginé que pudiera ser tan elevado. Desde el aeropuerto hasta nuestro hotel en Santiago mi socio y yo nos mirabamos con los ojos bien abiertos para alucinar con sus autopistas, calles, edificaciones, orden, limpieza, planificación, educación... en fin, espectacular, tanto que regresé con el deseo de comparar mis impresiones con datos económicos contrastables.
Chile cuenta con un recurso natural protagonista, el cobre, representa el 13,6 del PIB, y eso se traduce en 18,305 millones de dolares que comparado al ingreso petrolero en Venezuela podemos considerarlo "harto" pequeño, como diría un chileno, e insuficiente para mantener la fortaleza de un estado.
Según leo en un artículo de Mariana Martínez para BBC World, El gobierno chileno es propietario del 32% y recibe solo una parte ya que un porcentaje va para el fondo de compensación del cobre, que acumula recursos para que el Estado pueda equilibrarse cuando el precio del cobre baja en los mercados internacionales. El resto de recursos generados por el cobre y los demás rubros productivos en manos privadas llega a las arcas del país en forma de impuestos.
La producción chilena se completa con rubros agropecuarios donde destacan la uva de mesa y el vino, salmón y mariscos, madera y ganado ovino que resultan muy competitivos para el mercado de Exportación.
Chile ha registrado un crecimiento promedio de 6% desde 1985 y ha sido premiado con el galardón de número uno en el manejo de las variables macroeconómicas en el ranking del Foro Económico Mundial por encima de Estados Unidos o Finlandia. En otro estudio del WEF se resalta a Chile en términos de transparencia y eficiencia de sus instituciones públicas, solo 8 naciones de la Unión Europea lo superan en esta clasificación. El desempleo se mantiene en 7,9%, los niveles de pobreza se han reducido de 38,6% en 1990 a 18,8% en 2003, y el de indigencia pasó de 12,9% a 4,7% en el mismo periodo segun Naciones Unidas. Unos pocos datos (para no hacerme pesado) que si los comparamos a otros paises de América del Sur deben hacernos reflexionar sobre el éxito de unos y el fracaso de muchos en sus políticas económicas.
El éxito de un país no es exclusiva de sus gobiernos, más bien hay una correspondencia entre la forma de actuar del pueblo chileno, después de compartir estos días con empresarios, empleados y gentes de todo nivel cultural y económico, existe un alma común en el respeto al prójimo y a las formas, en trabajar bien y respetar escrupulosamente las leyes y normas, en desaprobar conductas corruptas o ventajismos. Soy pausados en su expresión oral, tan cuidadosos en lo particular como en el bien común. De algún modo llegué a asociar sus maneras a las de un británico de derechas.
El mayor atrevimiento que se permitieron muchas personas conmigo, dentro de su exquisita discreción, fue preguntarme mi opinión sobre Pinochet, como persona con pasaporte de España tiene trascendencia mi posicionamiento por haber protagonizado el juez Garzón la causa contra ya el fallecido dictador. En realidad era una pregunta que no necesita respuesta ya que el interlocutor lo que pretende es versar su experiencia sobre el legado de Pinochet. Es una necesidad de una gran parte de su pueblo por justificar un periodo tan controvertido en materia de derechos humanos en lo que supuso de beneficios para el desarrollo del país en materia económica y social... como extranjero acaba siendo muy dificil opinar porque desde fuera toda la vida solo hemos visto una cara de la moneda.
En clave venezolana me hace pensar en el reconocimiento hacia la obra que desarrolló el dictador Pérez Jimenez, para tantos venezolanos el balance sobre aquel periodo (mucho más difuso en el tiempo) ha acabado conviertiendose en un mito del desarrollo y la prosperidad en el país... lo dice el empresario y lo confirma el taxista... ¡¡¡ quien sabe si un catalanista como yo acabará reconociendole méritos al gobierno nacionalista español de Aznar !!!!!!
En próximos post me acerco a lo que motivó inicialmente la visita: vino y gastronomía
Amigos, como santiaguino dejeme recomendarle algunos lugares a dónde usted puede ir a saborear mariscos:
ResponderEliminar*Ocean's Pacific
*Caleta Bulnes
El pruimer restorant es un verdadero museo con habitaciones llenas de colorido...es una verdadera sorpresa!!!
Apreciado Seba, muchas gracias por aportar tus recomendaciones, me encantaria que pudieras confirmar que dichos restaurantes están en Santiago.
ResponderEliminarDesgraciadamente ya regresé a Caracas pero es probable que viaje a Chile de nuevo durante este año.
Un saludo,
Oriol Serra
Me alegra que disfrutaras de mi recomendación de El Chiringuito en Zapallar, uno de mis lugares favoritos en Chile. Los pescadores al lado del restaurante, que son quienes les proveen los mariscos, me han permitido comerlos crudos pero por sanidad no se debe y es por eso que los locales te los venden siempre cocinados, perdiendo así los sabores originales. En Venezuela estamos acostumbrados a comerlos crudos con limón y ya. Sin embargo coincido en las machas a la parmesana y el pastel de jaiba de El Chiringuito!!!
ResponderEliminarTenemos que sentarnos a ver las fotos y comentar los vinos y la gastronomía de ese maravilloso país que he aprendido a querer mucho.
querida mercedes,
ResponderEliminarefectivamente la visita a Zapallar fue punto culminante en muchos sentidos, me encantó recorrer la costa de cachagua y conocer Viña del Mar y Valparaiso.
No sabia lo de la normativa del marisco... ahora lo entiendo