. En las recientes vacaciones navideñas varios sueños se hicieron realidad, un de ellos era tan viejo que proviene de una época en la que todavía no tenía vínculos con el negocio del vino. En mis viajes como enófilo al corazón de aquel Priorat catalan que empezaba a conquistar con sus vinos a todo el mundo, recuerdo haber pasado en una ocasión frente a la bodega de Álvaro Palacios situada frente al pueblo de Gratallops, por aquel entonces sus vinos ya eran la referencia de la calidad de lo que esta tierra era capaz de dar y viendo los carros aparcados frente a la bodega soñé que algún día mi vehículo podía ser uno de esos y estar compartiendo interioridades con el autor de L'Ermita . . Años después gracias a los buenos oficios del director de exportación Bodegas Alvaro Palacios pude materializar aquel viejo anhelo. Cuadramos la cita en la bodega para aprovechar el primer desplazamiento al Priorat de Álvaro después del reposo navideño y tener así la oportunidad de ser guiado por e
Gastronomía