Llegamos a los postres, a la cocina dulce y este es el territorio mágico en el que se mueve Jordi Roca, ha llegado el momento de empezar un nuevo menú porque en El Celler de Can Roca al llegar al dulce es como si entraramos de nuevo en el restaurante para asistir al bis de un cocierto de U2. De Jordi podemos resaltar su capacidad para ir más allá de un postre, es un creador de colecciones y si en el cine todos recordamos la trilogía de El Padrino o la de Matrix, Jordi hizo lo propio con la serie de adaptaciones de famosos perfumes comerciales, la cromoterapia donde desarrolla el mundo de los colores y los sabores extremos.
En esta ocasión pude alucinar con la adaptación del perfume Be Delicius de Donna Karan. Desde que en 2002 apareciera el Eternity de Calvin Klein la serie debe andar cerca de 20 perfumes visitados. Uno de mis favoritos fue el de Salvatore Ferragamo hace casi 4 años sobretodo por la mágica armonía con una garnacha dulce de rivesaltes, y a los curiosos les recomiendo que busquen el Trésor de Lancôme. La serie ha evolucionado de tal modo que hoy en dia colabora con profesionales en la creación de esencias para perfumes.
No se trata de que el postre sepa al perfume, es algo mucho más interesante, intenta aproximarse al perfume desde la inspiración de lo que este provoca, las herramientas para alcanzar esta identificación son principalmente frutas, especias y flores... en esa búsqueda acaban triunfando las adaptaciones de perfumes femeninos y el resultado final es la unión sensible de estos elementos para acabar recordando al perfume. Lo más precioso de la experiencia es que al final nos entregan una muestra del perfume de modo que podemos evocar y juzgar la adaptación.
Adaptación del perfume Be Delicius de DKNY. Si el vino en este restaurante es comestible, los aromas de los perfumes se han transformado en postre... el olfato siempre va por delante del gusto, en El Celler de Can Roca se convierten en uno.
En esta ocasión pude alucinar con la adaptación del perfume Be Delicius de Donna Karan. Desde que en 2002 apareciera el Eternity de Calvin Klein la serie debe andar cerca de 20 perfumes visitados. Uno de mis favoritos fue el de Salvatore Ferragamo hace casi 4 años sobretodo por la mágica armonía con una garnacha dulce de rivesaltes, y a los curiosos les recomiendo que busquen el Trésor de Lancôme. La serie ha evolucionado de tal modo que hoy en dia colabora con profesionales en la creación de esencias para perfumes.
No se trata de que el postre sepa al perfume, es algo mucho más interesante, intenta aproximarse al perfume desde la inspiración de lo que este provoca, las herramientas para alcanzar esta identificación son principalmente frutas, especias y flores... en esa búsqueda acaban triunfando las adaptaciones de perfumes femeninos y el resultado final es la unión sensible de estos elementos para acabar recordando al perfume. Lo más precioso de la experiencia es que al final nos entregan una muestra del perfume de modo que podemos evocar y juzgar la adaptación.
Adaptación del perfume Be Delicius de DKNY. Si el vino en este restaurante es comestible, los aromas de los perfumes se han transformado en postre... el olfato siempre va por delante del gusto, en El Celler de Can Roca se convierten en uno.
Después de disfrutar del postre recibimos una muestra del perfume para que cada uno tome sus propias conclusiones sobre la adaptación
Petit Fours: El más espectacular es el bombón de whisky Lagavulin con una presencia espectacular del aroma de turba y madera de este magífico pure malt. Me encantó la gominola de moras, sorprende porque esperamos la clásica textura de las gomas y su sabor artificial para niños pero por el contrario la mora conserva todo el sabor de la fruta y la textura recuerda a un sorbete helado.
Antes pude conocer el Postre Lácteo del que olvidé tomar imagen. Es otro de los grandes logros de Jordi que nos transporta a la infancia a través del vaso de leche que nos daba mamá a media tarde. Sobre la base de un dulce de leche se monta un helado de leche de oveja, con yogur de leche de oveja, espuma de cuajada de oveja y una nube láctea que corona este sugerente bodegón blanco. Para la experiencia en el Moo dejo la última maravilla... el recuerdo de La Habana...
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