Ir al contenido principal

Atrapado en la espiral de un tenedor italiano

Con ciertas amistades cuya motivación por comer bien nos une, tenemos nuestro propio "degusta", una red sencilla basada en el boca-oreja para compartir información sobre buenos descubrimientos, sean restaurantes nuevos o novedades en platos que merecen la revisita.

Antes de las navidades uno de los destacados miembros de la cofradía del buen yantar que más credibilidad me merece, recomendó fervientemente la visita a la Forchetta, casi como si hubiera descubierto un atajo al cielo. Ante el tamaño de su algarabía no tardé ni un día en dirigirme al casco para vivir la experiencia.

Forchetta está localizado en una de las exitosas rehabilitaciones en el casco antiguo que recupera algo más que la fachada, su interior es precioso, especialmente el piso superior con un salón vip que invita a organizar celebraciones, una impresionante lámpara colgante con botellas de vino y la terraza que nos permite admirar la principal plaza de la zona histórica.

La foccacia de bienvenida para mojar en aceite de oliva estuvo a la altura, los detalles en su sitio, como el tenedor de acero (la forchetta) en forma de espiral que sostiene la servilleta de tela para recordarnos el nombre del restaurante. Todo funcionaba según el plan y pensábamos en una gran noche, pedimos exactamente aquello que mi amigo recomendó y a partir de ese momento las ilusiones se fueron apagando porque si bien la comida no era mala, no descubrí en ninguno de los bocados las llaves de San Pedro que abrían las puertas del cielo. Simplemente se esfumó el entusiasmo en platos sin sorpresa ni emoción.

Por su reciente apertura merecen una nueva oportunidad por aquello de los ajustes del equipo de cocina y la reciente presencia en Panamá del chef italiano. Estaré atento a los comentarios de mi red de informantes y a los que se viertan en Degusta para alimentar nuevas ilusiones y poder algún día no muy lejano explicar un feliz desenlace y como se ve el mundo desde una nube de raviolis.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Olio di Sansa di oliva: Estafa en los anaqueles

¿Alguien me entiende cuando digo: " Setze jutges d'un jutjat mengen fetge d'un penjat "? En realidad no digo nada, es solo una frase para poner a prueba a los que intentan aprender pronunciación catalana. Pues bien este "trabalenguas" tiene un significado tan oculto como el producto que se esconde tras las etiquetas de botellas de " olio di sansa di oliva ". El mercado venezolano va a inundarse de este tipo de aceite "de oliva". La empresa que gestiona los permisos sanitarios de mis productos comentaba esta semana que en el Ministerio de Salud existía una gran cantidad de expedientes pendientes de aprobación de aceite de orujo de aceitunas. La razón principal es que el precio del aceite de oliva virgen ha subido mucho por la escasez provocada por las heladas del pasado invierno en la cuenca mediterranea, por tanto muchos importadores se han decidido a incorporar un subproducto derivado de la aceituna que podriamos catalogar como el más in

Pedir la cuenta en un restaurante, un signo globalizado

¿Cómo pides la cuenta en un restaurante? De Barcelona a Toquio, de Nueva York a Buenos Aires, a menos que el camarero esté a nuestro lado y verbalicemos la petición, el signo que realizamos es un código fundamental de la cultura humana global: los dedos pulgar e índice unidos acompañado del movimiento rápido y en vaivén de la mano con el brazo ligeramente alzado hasta conseguir la atención y asentimiento del servicio del restaurante... por mucho que le doy vueltas, no encuentro otro signo gestual más universal y difundido que este, posiblemente solo superado por el SI o el NO gesticulado con la cabeza al comprobar si el contenido de la cuenta es el esperado.

Licor de Merda. el "secreto" mejor guardado

"El descanso del Guerrero" es el slogan publicitario del Licor más escatológico del mundo, de regalo con la compra de 3 botellas un práctico orinal El hombre ha utilizado a lo largo de la historia todo tipo de materias primas para la elaboración de licores, normalmente del reino vegetal, pero también en algunas fórmulas bien conocidas los protagonistas son del reino animal, insectos, gusanos, escorpiones, serpientes (recuerdo un licor de serpiente cobra que me regalaron desde Vietnam)... pero lo que nunca imaginé es que la materia prima pudiera ser tomada del propio ser humano y del principal de sus deshechos... la merda. Ayer en una despensa de licores me topé de frente con una botella de Licor de Merda de los años 70 que su propietario portugués guardaba como oro ya que años antes la habia conseguido en una licorería de Portugal. Para ese hombre fue la confirmación de un cuento antiguo que no acababa de creer y se hizo con un ejemplar pagando por ella una fuerte suma. A