Ir al contenido principal

El Bodegón ahora con Gastrobar e idéntica calidad

Este es mi segundo comentario sobre El Bodegón, si repasamos el primero que hice, solo puedo confirmar todo lo que en su momento plasmé por escrito. Siguen siendo referencia en esta ciudad en cuanto a calidad gastronómica se refiere. Jamás he salido decepcionado, todo lo contrario, elegir un mediodía o cena en El Bodegón es siempre por un buen motivo de celebración en familia o para sentir orgullo personal ante un invitado de negocios al que se desea impresionar.

La razón de este segundo comentario es una importante novedad en el concepto de servicio del restaurante. Han completado una profunda renovación estética de las instalaciones para modernizar los salones y fruto de ello han incorporado nuevos atractivos para vivir varios "bodegones".

Destaca una cava de vinos fantástica donde se puede cenar en grupo, una terraza al aire libre para tomar un trago, fumar y comer abrigado con una climatización aceptable y, sobre todo, han transformado la antigua tasca de ambiente castizo español en un "gastro bar" de último modelo.

El gastrobar es un concepto que se ha impuesto en España en tiempos de crisis económica, se resume en la posibilidad de disfrutar de las creaciones de alta gastronomía de los chefs más reputados en pequeños formatos (tapas, raciones) y por consiguiente el gourmand puede por un precio más asequible seguir la estela de las creaciones culinarias más avanzadas.

En el caso de El Bodegón han aplicado el modelo creando una carta de raciones diferencial de la carta del restaurante en donde se reproducen algunos éxitos ya conocidos pero en donde se incorporan novedades muy creativas (imprescindible el calamar con butifarra y piñones). Amplia carta de cervezas, cocteles y vinos de relación calidad / precio moderada fortalecen el concepto de esta oferta y a mi entender abren la posibilidad de disfrutar del magisterio del chef Alvaro Perrino muchas más veces al año, el bolsillo se resiente menos en cada visita pero sigue la misma satisfacción.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Olio di Sansa di oliva: Estafa en los anaqueles

¿Alguien me entiende cuando digo: " Setze jutges d'un jutjat mengen fetge d'un penjat "? En realidad no digo nada, es solo una frase para poner a prueba a los que intentan aprender pronunciación catalana. Pues bien este "trabalenguas" tiene un significado tan oculto como el producto que se esconde tras las etiquetas de botellas de " olio di sansa di oliva ". El mercado venezolano va a inundarse de este tipo de aceite "de oliva". La empresa que gestiona los permisos sanitarios de mis productos comentaba esta semana que en el Ministerio de Salud existía una gran cantidad de expedientes pendientes de aprobación de aceite de orujo de aceitunas. La razón principal es que el precio del aceite de oliva virgen ha subido mucho por la escasez provocada por las heladas del pasado invierno en la cuenca mediterranea, por tanto muchos importadores se han decidido a incorporar un subproducto derivado de la aceituna que podriamos catalogar como el más in...

Pedir la cuenta en un restaurante, un signo globalizado

¿Cómo pides la cuenta en un restaurante? De Barcelona a Toquio, de Nueva York a Buenos Aires, a menos que el camarero esté a nuestro lado y verbalicemos la petición, el signo que realizamos es un código fundamental de la cultura humana global: los dedos pulgar e índice unidos acompañado del movimiento rápido y en vaivén de la mano con el brazo ligeramente alzado hasta conseguir la atención y asentimiento del servicio del restaurante... por mucho que le doy vueltas, no encuentro otro signo gestual más universal y difundido que este, posiblemente solo superado por el SI o el NO gesticulado con la cabeza al comprobar si el contenido de la cuenta es el esperado.

Lapa horneada y guisada

Hoy tuve un dia demasiado complicado, muchos compromisos de última hora con mis clientes antes de tomar unos días en familia. Bien avanzado el mediodia todavia no había comido nada y recalé en un centro comercial cercano al aeropuerto de la Carlota. Estaba citado con un amigo en una tasca española para comer unos callos a la madrileña pero se habían terminado, de modo que salimos en búsqueda de otras tasquitas donde saciar el vicio común por este manjar. En una de las tasquitas escondidas en la jungla de cemento, no diré nombres, leia en la carta "propuesta del cazador"... pregunté y el mesonero sigiloso y escueto dijo un nombre: "Lapa" Mi amigo venezolano me miró con los ojos abiertos, lleno de ilusión me dijo: "es ilegal, pero es buenisima", recordé la inolvidable experiencia con la sopa de "aquel animal que vive con su casa a cuestas" en la peninsula de Paraguaná, también ilegal en su captura y comercialización... no hay nada más atractivo par...