Mi primer viaje a Panamá fue en agosto 2007, regresé antes de las navidades de ese año para formalizar la creación de nuestra sociedad. Durante 2008 pasaba una o dos semanas cada mes para desarrollar la empresa y me trasladé definitivamente a finales de ese año con la familia.
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En este tiempo he escuchado millones de veces una frase utilizada por los panameños para definir el gran crecimiento que experimenta su país en tan pocos años: "hace 5 años no había librerías", "hace 5 años aqui solo había matorrales", no existía tal carretera, avenida o autopista y un larguísimo etcétera de diferencias que solo los nacidos en esta tierra han podido apreciar en su magnitud. La más importante de todas las modificaciones y novedades es sin duda la ampliación del corazón que mueve a este país: el Canal de Panamá
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Esta semana hemos asistido a otro hito en el desarrollo de las infraestructuras públicas, la selección del consorcio ganador de las obras de construcción del primer metro en Ciudad de Panamá, un proyecto de más de 1.400 millones de dólares, cuyas obras empezarán a inicios del año que viene y deben concluirse en 2013.
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Parece un plazo muy corto para una obra de tanta magnitud, pero la verdad es que Panamá está demostrando una agilidad impresionante cuando se enfrenta a retos de obra pública. La ampliación del Canal avanza muy rápido y estará listo en 2014 para que puedan transitar por el canal interoceánico los buques pospanamax, aquellos que por sus dimensiones no cabían en las esclusas creadas por los norteamericanos hace 100 años. No dudo que se cumplirán los plazos.
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Vi nacer con mis propios ojos el proyecto de la "Cinta Costera", una vía rápida sobre terrenos ganados al mar en la Bahía de Panamá para duplicar la capacidad de tránsito de la Avenida Balboa y desarrollar un espacio de ocio para los ciudadanos. Fue una realidad en menos de dos años y ahora ya están alargando su recorrido para llegar hasta el casco antiguo, y el año próximo empezará a extenderse hasta los límites urbanos de la capital y como enlace a la autopista que lleva a las provincias del interior del país.
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Recién llegado al país me contaron que por fín construían la autopista para unir las dos grandes ciudades del país, la capital en la costa del Pacífico y Colón en la vertiente caribeña, es una magna realidad desde hace un año que ha acortado la distancia entre ambas ciudades a menos de una hora cuando antes era un tortuoso viaje por una carretera infame.
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Hay más, la ampliación del aeropuerto internacional de Tocumen y de otros aeropuertos del interior, la ampliacion de espacios logísticos en los parques de contenedores de los puertos a ambos lados del istmo, la creación de proyectos para albergar a empresas multinacionales en los terrenos de las antiguas bases norteamericanas del canal. todo para dar cabida a la imparable ascensión de Panamá a los altares de la logística mercantil, financiera y multinacional de América.
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Ante esta explosión de inversión pública, la privada tampoco queda atrás, el desarrollo inmobiliario en menos de 5 años ha transformado el horizonte de la ciudad en el Manhattan latino, se han trasladado los cuarteles generales del continente de un sinfín de marcas globales, se han instalado las grandes cadenas hoteleras, los tour operadores turísticos, y al abrigo de todo es evidente la prosperidad del comercio.
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Quizá parezca poca cosa a los ojos de la europa desarrollada con autovías, autopistas y trenes de alta velocidad por todas partes, pero en esta América Latina donde gran parte de los presupuestos estatales acaban en proyectos inconclusos y el dinero de los ciudadanos en manos ocultas, asistir en vivo a esta explosión de eficacia y desarrollo de un pequeño país de poco más de 3 millones de habitantes, cuando el resto del planeta se lame las heridas de una crisis global galopante, es excitante... más que nunca, ¡Cómo se mueve Panamá!
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EXCELENTE ORIOL.
ResponderEliminarEspero pasar éste fin de año en Panamá.
Es satisfactorio ver crecer un pais y comprobarlo con los datos que aportas.
Me habían comentado como el boom pasaba por un momento dulce, pero obviamente con el motor de las obras públicas el avance ha de continuar.
Saludos.
Los extranjeros vienen a Panamá a buscar lo que al establecerse aquí generalmente encuentran: clima, oportunidades y tranquilidad. Sienten por eso gratitud hacia el país y sus gentes. Los extranjeros valorizan y aprecian nuestras cosas bellas y buenas algo más que nosotros. Digo esto porque parece que algunos panameños con peso mediático no perciben con claridad que tienen de nacimiento: clima, oportunidades y tranquilidad. Y por eso han adquirido el mal hábito de no valorizar correctamente las bellas y las buenas cosas que tenemos en abundancia, entre ellas, por supuesto, el aprecio y el trabajo de los amigos extranjeros.
ResponderEliminarQuerido Flavio, muchas gracias por tu lúcida reflexión que comparto en su totalidad.
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