Hace unos dias hablaba de la experiencia sensual con Nicole Kidman en la nariz del Flor de Pingus, ayer noche apareció otra Flor en mi camino, el Flor de Primavera 2003 Kosher.
Motivado por mi amigo Jeffrey, recibí el reto de buscar en España un vino Kosher con criterios de calidad elevados. Hace un tiempo contacté con Celler de Capçanes para presentar mi proyecto en Venezuela, una bodega de mi querida comarca del Priorat pero que firma sus vinos desde el 2001 en la D.O. Montsant, la sierra que abraza toda la región y cuya diferencia fundamental con la D.O.Priorat es la altura y suelos calcareos con granito. La cooperativa de Capçanes elabora desde 1995 el vino Kosher más importante de España y gracias al reto de Jefffrey adelanté dos meses la reunión prevista para marzo en Barcelona.
Ayer, por fin, probamos el vino en una reunión privada con 4 amantes del vino de la comunidad judia de Caracas. Aprendí mucho sobre la relevancia del vino asociado a la cultura hebrea y a su profunda fe religiosa. Solo por ese motivo la cata del Flor de Primavera quedaba en un segundo plano ya que de estas personas estaba recibiendo más de lo que podia ofrecer con el vino...
Pero la flor se abrió... y todos quedamos aletargados, en silencio, por un instante mágico, muy mineral y pleno de frutos del bosque maduros, con la garnacha y la cariñena demostrando su caracter, y el cabernet sauvignon aportando la melodia de fondo. Ellos coincidieron en valorar que se trataba del mejor vino Kosher que habían probado.
Para mi, había algo más, escondido al principio, que fue tomando protagonismo. Esta vez no era Nicole Kidman, ni tampoco Angelina Jolie, a quien hace tiempo que busco en una copa. El cuero estaba vivo en la piel de un caballo negro azabache pura sangre, en sus patas y hasta en el suelo de paja de su cuadra. Me imaginé como el cuidador de Bucéfalo, el caballo de Alejandro Magno, con una cola que le caía practicamente hasta el suelo y con una estatura portentosa que engrandecia la figura legendaria del general más grande de la historia.
Como cuenta Plutarco en "Vidas Paralelas: Alejandro y César", nadie podia montar ni ordenar a Bucéfalo que asombraba por su belleza, poderío y rebeldia hasta que Alejandro Magno lo domina con facilidad en apuesta con su padre el Rey Filipo. El padre lloró de gozo y besándole la cabeza dijo:
-¡Hijo mío, busca un reino igual a ti, porque en la Macedonia no cabes!"
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