Estuve hace 3 años por casualidad, en un día extremadamente caluroso el que me desesperé y busqué una sombra reparadora, estaba recién llegado a Panamá y aún era imposible adaptarse al clima. Me quedó un buen recuerdo del lugar por la bebida reparadora y no juzqué la calidad de su comida, simplemente estaba hambriento y sediento.
Regresé hace poco dispuesto a conocer bien su oferta griega y lo hice con la familia. Pedimos los platos combinados típicos de la gastronomía helénica y cuando nos los pusieron sobre la mesa abrimos los ojos atónitos: una masa de mendrugos mezclados en donde era imposible reconocer vegetales de viandas si no fuera por los colores del tomate o el pimiento.
El sabor de los platos de cada uno de los 4 que estábamos ahi era practicamente el mismo, una mezcla irreconocible para el paladar. Comimos lo mínimo, pagamos y nos fuimos a otro lugar a resarcirnos del despropósito.
Cocinado sin cariño hacia la profesión ni hacia los comensales, quien sabe si me tocó un mal día y merecen una segunda oportunidad ya que el lugar estaba repleto de gente. En las paredes aparecían varias reseñas de recortes de periódicos antiguos, fotografías y caricaturas del que pareciera ser el propietario como si fuera un personaje apreciado socialmente en la plaza. ¿Será que ese día no estaba el personaje y todo fue un desastre?
No volveré, a menos que me agarre un calorón un día por ahi cerca y entre a tomar una cerveza, me encuentre con el señor de la foto y me ofrezca el "especial de la casa" que me permita volver a recuperar la fe perdida. Ahí queda el reto !!!.
Regresé hace poco dispuesto a conocer bien su oferta griega y lo hice con la familia. Pedimos los platos combinados típicos de la gastronomía helénica y cuando nos los pusieron sobre la mesa abrimos los ojos atónitos: una masa de mendrugos mezclados en donde era imposible reconocer vegetales de viandas si no fuera por los colores del tomate o el pimiento.
El sabor de los platos de cada uno de los 4 que estábamos ahi era practicamente el mismo, una mezcla irreconocible para el paladar. Comimos lo mínimo, pagamos y nos fuimos a otro lugar a resarcirnos del despropósito.
Cocinado sin cariño hacia la profesión ni hacia los comensales, quien sabe si me tocó un mal día y merecen una segunda oportunidad ya que el lugar estaba repleto de gente. En las paredes aparecían varias reseñas de recortes de periódicos antiguos, fotografías y caricaturas del que pareciera ser el propietario como si fuera un personaje apreciado socialmente en la plaza. ¿Será que ese día no estaba el personaje y todo fue un desastre?
No volveré, a menos que me agarre un calorón un día por ahi cerca y entre a tomar una cerveza, me encuentre con el señor de la foto y me ofrezca el "especial de la casa" que me permita volver a recuperar la fe perdida. Ahí queda el reto !!!.
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