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La ciudad estaba necesitada de alternativas que nos permitieran modificar los hábitos del desayuno dominical. En muchas oportunidades he acudido a los chinos arrastrado por la costumbre pero sin haber fraguado el verdadero deseo de revisita por la cercanía de la última.
Los domingos en la capital tienen desde ahora nuevas motivaciones gracias a la original propuesta de Las Clementinas. Localizado en una nueva y exitosa rehabilitación del patrimonio histórico del Casco Antiguo, es un hotel boutique para turistas pero también un comedor y terraza abierto al que lo desee. Diseñado con extraordinario buen gusto, el lugar es acogedor y nos inspira un aire colonial distinto a lo acostumbrado.
Ofrecen dos alternativas para la mañana, de 7 a 10 una carta con varias propuestas de desayuno y a partir de esa hora y hasta las 4 de la tarde la cocina se organiza para un "brunch" dirigido y de precio concertado.
Lo más llamativo es que en su cocina hay un "secreto" que no se adivina en la lectura de la carta, surge con la comida, cuando adivinamos que más allá de la nomenclatura común, tópica y típica de un plato de raiz tradicional, existe un chef poseedor de la piedra filosofal capaz de convertir en oro para el paladar recetas costumbristas del istmo.
Así sucedió con nuestro desayuno, pedimos casi toda la carta para compartir, siendo el plato más deseado el desayuno panameño en el que se ofrecen varios acompañantes: Huevos al gusto con tortillas de maiz, hojaldres o tasajo, empanadas rellenas de guiso de pollo, queso y carne mechada servidas con atractivas mayonesas especiales de ajo y curry, además de un picante casero brutal.
Todo parece "típico" pero en realidad nos invitan a descubrir que existe una escalera de calidades capaz de aislar el lado grasiento de estas recetas potencionado texturas y sabores. Es el caso de hojaldre y tortillas, nos miramos en familia sin poder creer la explosión de sensaciones que provocaban en boca, hasta el punto de que fue imposible no dejar caer una lagrimita de placer.
Estos domingos citadinos se están poniendo muy sabrosos!!!!
lo probare!!!
ResponderEliminarLas manos benditas de esa cocina son de Javier Lamarca, un paisano Venezolano que llegó a panamá para deleitarnos en Las Clementinas
ResponderEliminarMuy de acuerdo contigo Oriol! Me encanta los desayunos en Las Clementinas.
ResponderEliminarHas subido a la azotea? Es trabajo subir todas esas escaleras pero la vista es única.
Uno de los secretos del chef Lamarca es su jardín de especias frescas! Y se hace notar en sus sabores típico-refinados.