MY KINGDOM FOR A ALL I OLI. En la obra dramática Ricardo III, el Rey expresaba un fuerte deseo por algo simple como un caballo comparado con su reino al gritar "My horse, my horse, my Kingdom for a horse!!! ... Eso fue lo que proclamé frente al all i oli del restaurante Cal Travé de Solivella en la comarca de la Conca de Barberà. Un restaurante que es bandera de la calidad gastronómica en estas tierras de frontera entre Tarragona y Lleida.
Simplemente el mejor que he probado en mi vida y eso viniendo de un catalán y fanático de nuestra salsa equivale a cambiar el reino por este caballo sublime. Una salsa que con el paso de los años se ha popularizado y desgraciadamente cuesta localizar incluso en los restaurantes el auténtico alioli hecho al momento, solo ajo, un aceite de campeonato y buena mano con el mortero o algún artilugio moderno que sustituya el sudor en la frente para lograr la perfecta emulsión.
Receta más simple no hay, acaso con algún secretito del chef en forma de toque de sal o vinagre, pero que difícil se ha puesto alcanzar la perfección ante tantas ofertas de marcas comerciales que lo elaboran más o menos artesanalmente. Ninguna alcanza el alma, ni el sabor, ni la textura, son sucedáneos para salir del paso o ahorrar trabajo en casa o en una cocina profesional que coloca el valor de la salsa como algo complementario que se ofrece como cortesía en mesas de gastronomía catalana tradicional y carnes a la brasa.
UN ALL I OLI PARA REPETIR QUE NO REPITE, Acierto inmenso en Cal Travé, porque su all i oli es tan sublime y único que refuerza toda la experiencia y se une a los valores de su oferta como restaurante que provocan un pronto regreso al abrigo de sus manteles. Por cierto, está tan bien concebido que no requiere marcar músculo con el ajo, el poder está en una calidad de aceite de oliva extrema, el perfecto equilibrio con el ajo y alcanzar tan sublime textura... el resultado es una digestión plácida.
Por cierto, gracias a Josep M. Sans por el regalo de la salsa envasada al vacío ante la petición de poder llevar la buena nueva a mi casa. Toda la familia tuvo la misma reacción. Insuperable
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