Regreso de mis vacaciones en el Estado Falcón con la sensación de que los días pasaron demasiado rápido. Parecía que fuera ayer cuando apagué el celular y lo guardé lejos de mi alcance, quería estar tan aislado como la península de Paraguaná del resto del territorio venezolano, el único istmo que me unía a la realidad cotidiana era el celular secreto, ese "teléfono rojo" que carga mi esposa para estar a disposición de la familia y mis socios y que afortunadamente solo utilizamos para desearnos los mejores augurios.
Las vacaciones empiezan en el plano simbólico en el tramo de Pequivén a Tucacas, la carretera se acerca al mar y queda rodeada de un bosque de palmeras exhuberante. Para un europeo resulta un paisaje tan caribeño que nos hace evocar todas las imágenes que desde niños nos inducen a desear ese paraiso perfecto. Es imposible no pensar en la imagen de Cristobal Colón llegando por primera vez a una playa americana, la palmera es para nosotros la antesala del nuevo mundo, una tipología geográfica no presente en nuestra genética cultural: Aventura !!!!!
Con la caida de la tarde llegamos a los Medanos de Coro, la bienvenida a la península no puede ser más surrealista, unas dunas dignas del mejor escenario para las travesuras cinematográficas de Lawrence de Arabia, cargué a mi hija como si yo fuera el camello para ascender a la cima de arena y gozar del espectáculo, esta claro que en este país la variedad de paisajes es colosal, solo faltaba que además tuviera un pedazo del desierto del Sahara que pareciera importado por algún inmigrante árabe nostálgico. Encontré a faltar la clásica viveza criolla en forma de paseo a camello "autóctono", sin duda contribuiria a un mayor desarrollo turístico de la comarca, esta singularidad haría las delicias de alemanes y norteamericanos y aparecería reseñado en las guías de viaje juveniles. El clásico "raspadito" de tamarindo fue el tonificante premio para este camello de pacotilla.
El centro de operaciones lo establecimos en el corazón de la península, en La Casa Grande de Buena vista, mi tío Fernando nos puso a disposición esta casa colonial que desde la colina corona el pueblo. En ella el Mariscal Juán Crisóstomo Falcón vivió su infancia antes de convertirse en protagononista activo de las contiendas entre federales y liberales en la década de los sesenta del Siglo XIX y ostentar el cargo de soberano Gran Comendador de la masonería en 1864 y Presidente de la República en dos breves periodos.
Fuimos agasajados por Rómulo, un hombre del pueblo que cuida la propiedad todo el año y que confesaba no tener miedo a los fantasmas que, según las gentes de la zona, moran en la casa. Nosotros, personas poco dadas a estas creencias, disfrutamos la estancia rústica, de fachada holandesa y patio interior extremeño, con total normalidad... bien entrada la noche, las conversaciones de pasillo entre Juán Crisóstomo y su cuñado Ezequiel Zamora, amén de otras voces no reconocibles, no alteraron mi sueño, convencido de que se trataba de perversiones oníricas. La segunda noche dos cañonazos retumbaron en los muros de piedra, mi esposa se convenció que eran los golpes de una ventana mal cerrada... en el exterior, una bala de cañón ennegrecida estaba inmovil a poco más de un metro de la fachada.
La mejor fue la última noche, invitamos a todas las ánimas presentes en la casona a disfrutar del licor sin impuestos y de un chivo de 9 kgs a la brasa tierno como un bebé y con un costillar intenso en sabor gracias al reposo del animal en un baño de orégano y sal durante todo el día. Yo ataqué los huesos del cordero como si fuera la última vez, por mi y por aquellas almas en pena que hace más de 100 años que no olían tanta ricura.
Los paseos diurnos por la geografía peninsular fueron variados, lo más llamativo fue la visita al Cabo San Román, me confieso permanentemente atraido por los cabos y faros del fin del mundo. Desde que empecé a conocer los confines del planeta la llamada de los cabos y los acantilados son uno de mis vicios predilectos.
Sin salir de la Península ibérica, en Catalunya pude saborear durante muchos veranos el Cap de Creus, al norte de Girona, entre El Bulli de Roses y la Bahia de El Port de la Selva, con los pueblos dalinianos de Cadaqués y Port Lligat en su corazón y una posada de cuatro habitaciones en el faro de la punta del cabo. En su punto más elevado se erige el monasterio más espectacular de Catalunya, el de San Pere de Rodes, desde donde tenemos una panorámica de360 grados para gozar de todo el cabo, el golfo de Roses y una amplia estampa de los Pirineos. En la costa cantábrica gozamos del Cabo de Peñas y el Cabo Vidiu en Asturias, ambos recuerdan a las costas británicas con verdor hasta sus límites. En Galicia, el conocidisimo Cabo de Finisterre, donde terminaba el mundo conocido, aunque a mi el que más me atrae es el Cabo Vilán en Camariñas, un enorme brazo de roca se adentra en el Atlántico, azotado hasta el límite por los vientos del oeste, el faro en la punta, enfrentado a pecho descubierto a las inclemencias, y, resguardado entre rocas naturales, la casa del hombre del faro, un ser humano perseguido hasta la locura por el aullido de los vientos y la corrosiva salinidad de un océano que se le metía hasta las entrañas.
En Portugal el más famoso es el Cabo da Roca por ser efectivamente la punta más occidental del continente europeo, el GPS ha dado la razón a los lusos. Pero los más llamativos son el Cabo Carvoeiro entre Lisboa y Porto, donde la erosión ha creado todo tipo de deformaciones en las rocas hasta convertirlo en un órgano de catedral barroca, y el Cabo Sao Vicente en el Algarve, un perfecto ángulo de 90 grados desde donde se abre una vista inigualable de las dos costas portuguesas, la que mira a América y la que inicia el dibujo del estrecho de Gibraltar. En las islas baleares el Cap de Formentor en Mallorca es el cabo más sifrino del mundo, con permiso del cap d'Antibes en Cannes, el final de la espina dorsal de la bucólica Serra de tramontana. En la isla de Menorca la colección de cabos agrestes y salvajes es incomparable, la isla más primitiva y auténtica del mediterraneo hispano tiene en Punta Nati al noreste los acantilados más abrumadores, el faro fue construido en 1913, tras el fatídico naufragio de un buque francés, en el cual murieron más de 100 personas, excepto un único superviviente.
Si tuviera que elegir un solo cabo de todos los que he visitado, el más espectacular, inolvidable y emotivo es el Reynisdrangur en la costa sur de Islandia, un conjunto de 3 enormes rocas se elevan en medio de un desierto de infinitas playas de arena negra volcánica hasta crear un acantilado, el Reynisfjall, de casi 100 metros de altura. Es posible su ascensión por un sendero en el lado contrario al del acantilado, el llegar a la cima el espectáculo te deja sin habla, miles de pájaros anidan en los peñascos y vuelan alrededor del cabo en una danza acompasada, el más destacado es el frailecillo, parecido a un pingüino. Un gran arco de piedra une dos de las formaciones rocosas, el mar pasa por debajo de esa bóveda monumental, en el lado contrario, mirando al norte, se abre un panorama mejestuoso del enorme glaciar de Myrdal, la masa de hielo perenne tiene un grosor de más de 1.000 metros y una extensión de 700 Kms2. Solo teneis que imaginar que el Auyan Tepui fuera una masa de hielo.
Andaba metido en estos pensamientos mientras terminaba la segunda langosta de uno de los restaurantes "de toda la vida" que hay antes de Cabo San Román. En mi opinión, la forma de prepararla no le beneficia, la hierven entera durante 10 minutos de modo que la carne pierde gran parte de su aroma a mar. A mi me gusta practicamente cruda, cortada lonugitudinalmente con un salteado de dos minutos con aceite de oliva y sal. El premio vino al final, la señora nos ofreció la "sopa especial de la casa"... no apta para ambientalistas... os confieso que pudo más la curiosidad y excepcionalidad de poder probar un plato preparado con ese animal de identificación tan darwiniana, confieso también que estaba buenisima la sopa, lo mejor que he probado en un restaurante de Paraguaná.
En Punto Fijo compré mi primera caja de whisky desde que estoy en Venezuela, en casa siempre tengo Ron y pienso en el Whisky cuando tengo visitas... en esta ocasión me dejé llevar, pensando en la fiesta que voy a montar en la clínica para recibir a los que vengan a conocer a mi hijo. Hablé con el propietario de uno de los supermercados de la península. Me comentó que desde que son puerto libre les ha cambiado la vida, venden más de 2.000 cajas de whisky mensuales, y cada vez resulta más atractiva su oferta comercial en comparación a Margarita... a 6-7 horas de Caracas por tierra, sin ferry. Evidentemente las gentes del Zulia e incluso los merideños son sus clientes más fieles. Conocí a un productor de Aloe vera y me explicó que hay una tendencia definitiva en la zona por explotar al máximo la transformación y aprovechamiento de esta materia prima que atesora tantas propiedades beneficiosas para nuestra salud.
Me ha parecido mucho más atractiva la costa oriental de Paraguaná, concretamente desde Adicora hasta Tiraya, las playas son más agradables, en concreto me quedo con Tiraya por la falta de servicios que hacen que sea muy solitaria, y Buchuaco, con un mar cargado de contrastes cromáticos y una explotación turística menos masificada que en Adicora. Me sorprendió que parte importante de la cría de ganado sea de burros, para los catalanes resulta simpático ya que estamos orgullosos de que nuestro burro autóctono sea el más valorado del mundo, el animal se ha convertido en un irónico símbolo nacionalista como respuesta al toro de osborne orgullo rancio de España.
Nos guardamos para la salida de la península una visita a Coro, sorprende la soledad que vivimos en el centro histórico, no hay turistas en sus empedradas calles, y eso me entristece ya que creo que debería ser una referencia cultural mucho más fomentada.
Decidimos escalonar el camino de regreso para pasar un día en el pueblo de Jacura, en el interior de Falcón, una zona de grandes fincas ganaderas, en concreto estuvimos hospedados en la finca de Fernando. Mi tio ha liderado un proyecto de explotación de ganado ovino y ya dispone de 1400 cabezas que vamos a comercializar con regularidad en los primeros meses del próximo año bajo unos parámetros de calidad que estoy seguro van a sorprender en el mercado.
La feliz coincidencia era que el pueblo estaba en sus fiestas patronales, eso nos permitió asistir por primera vez a dos de las manifestaciones de mayor arraigo en el universo ganadero, la pelea de gallos en la que el gallo de nuestro amigo Félix terminó su pelea en tablas cuando parecía que iba a destrozar a su oponente (recuperé los 20.000 bolivares que habia apostado) y por la noche los toros coleados en la manga de coleo de Jacura. Nos situamos en varios tramos de la manga para poder ver todos los detalles de este deporte tradicional, no acabé de entender todas las normas y tampoco pude obtener explicaciones convincentes de los lugareños... Félix no pudo participar en esta ocasión, aún tiene fresca una grave caida en el Alto Apure, acabó en el hospital, pisoteado por el resto de los caballos y convaleciente varios días, su hijo cada vez lo hace mejor y ya piensa que para el año que viene podrá participar en el torneo infantil.
Mientras la gente paseaba y se divertía comiendo carne en vara y pollo en brasa, soñé por un instante en competir, montado en el caballo hubiera peleado con los codos hasta apartar a mis contricantes y tomar el rabo del toro con fuerza hasta conseguir tumbar al animal en la arena, desde el caballo hubiera terminado la faena retorciendo la cola del animal hasta anudarla... imaginé el enfado de los llaneros de pura casta ofendidos ante la victoria de un catalán
He vivido Falcón desde el Cabo hasta el rabo, ya estoy preparando un próximo regreso.
Quina enveja m'estàs donant! M'alegra veure que ho heu passat tan bé. Els meus pares arriben la setmana que ve. A veure si ens veiem. Salutacions
ResponderEliminarQue bueno que estes de regreso y como nuevo
ResponderEliminarque maravilla de relato!!!
ResponderEliminarQueridos amigos, muchas gracias por vuestras palabras. Escribí mucho para la prensa de mi país a principios de los 90, luego mis colaboraciones fueron esporádicas. Ahora, gracias al blog, es muy gratificante regresar a una actividad que mantiene todos los sentidos en guardia. Espero seguir disfrutando de la experiencia y que tengais a bien compartirla conmigo.
ResponderEliminarOriol, leo tu blog cada vez que puedo en medio de la recién mudanza de la familia, te conocí en año pasado en el SIG en una de las catas de aceite de oliva,la cual por cierto fué mi primera experiencia (la comento cada vez que puedo), tuve el agrado de conversar un rato contigo casi que recien llegado, por casualidad soy de Coro Edo Falcón, que bueno que pudiste disfrutar de tu estancia por esas cálidas tierras (la próxima vez tienes que ir a la parte de la montaña también!) como el 98% del país las condiciones no son las mas apropiadas para los turistas, pero las bellezas naturales hacen que valga la pena, saludos y un abrazo, espero poder conversar y compartir contigo en el SIG que se aproxima!
ResponderEliminarRonald Chirinos
rj_chirinos@yahoo.com
Estimado Ronald,
ResponderEliminarEn el SIG me podrás encontrar en el mismo lugar que el año pasado, aprovecharemos para charlar.