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La última cata de mi hija

Ayer al mediodia nos reunimos en casa un pequeño grupo familiar para comer el jamón que mi amiga Montse nos ha traido como regalo. Decidí abrir para la ocasión un tinto Gran Claustro de Castillo Perelada. de la D.O. Empordà-Costa Brava en el norte de Catalunya

Como siempre, acerqué la copa a mi hija Selva de 4 años para que lo probara... puso la nariz, se acercó tres o cuatro veces y a mi pregunta expresó un escueto "huele a vi (vino en catalán)", lo probó... me miró y con total seguridad me dijo "papi, este es el mejor vi !!!".. lo repitió dos veces más, totalmente convencida de que en su corto pero intenso periplo como catadora Gran Claustro.

La semana pasada los socios de Serra & Silva estuvimos reunidos y para amenizar el encuentro ofrecí el único Ex Ex 5 de Castillo Perelada que conservé para consumo personal, el cupo de este vino de experimentación es tan pequeño que solo nos guardamos un par de botellas. Humberto Silva, mi socio, después de paladearlo expresó una sentencia verdadera: "Una persona puede no saber nada de vinos, pero reconoce los grandes vinos sin esfuerzo ya que albergan tantos elementos de distinción que destacan de forma contundente sobre el resto".

Este es el maravilloso instinto que desde niños podemos fomentar... entre mis juegos favoritos, le pongo a mi hija dos o tres tipos de salsichones, del ibérico de jabugo al nacional sin pretensiones, le pido que elija el que más le guste y aunque intento engañarla con juegos de ojos cerrados, el paladar siempre acaba teniendo la razón.

Comentarios

  1. La Selva és fantàstica. Diuen que els nens i el paladar mai menteixen, no?

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