Ayer noche se celebró en todos los pueblos de Catalunya la verbena de Sant Joan. Es la fiesta de las hogueras donde mandar al diablo los trastos viejos. Una celebración heredada de las fiestas romanas del solsticio de verano que da inicio a las vacaciones en los colegios y al renacimiento anual de los "rodriguez", los cabezas de familia que de lunes a viernes siguen trabajando en la ciudad en el mes de julio mientras su familia disfruta de la playa... ¿ os podeis imaginar a miles de hombres casados disfrutando de la noche barcelonesa durante todo un mes ?
En lo gastronómico la verbena de Sant Joan es sinónimo de coca... acaso nuestra pizza. En invierno es un plato principal con verduras y arengadas que se conoce como "coca de recapte", ya que originalmente se ponía encima de la masa las sobras viejas de la despensa. La coca de Sant Joan es un postre y tiene múltiples presentaciones aunque las más populares son con pasta de brioche con frutas confiatadas y piñones, y la coca de llardons (chicharrones) i pinyons que es de largo mi favorita.
Hace 15 años organizaba eventos culturales y gastronómicos en dos locales de moda de Barcelona, en uno de ellos, el Ismes, celebramos el Sant Joan con una coca de 300 metros de largo. Para ese proyecto tuve la ayuda de la famosisima pastisseria Baixas, cantera de grandes pasteleros catalanes, en esa época trabajaban los aún imberbes Oriol Balaguer y el que luego fue mi compadre Yann Duytsche. Siempre que llega esta fecha recuerdo esa macrofiesta en la que la gente se volvió loca comiendo coca hasta reventar.
En lo gastronómico la verbena de Sant Joan es sinónimo de coca... acaso nuestra pizza. En invierno es un plato principal con verduras y arengadas que se conoce como "coca de recapte", ya que originalmente se ponía encima de la masa las sobras viejas de la despensa. La coca de Sant Joan es un postre y tiene múltiples presentaciones aunque las más populares son con pasta de brioche con frutas confiatadas y piñones, y la coca de llardons (chicharrones) i pinyons que es de largo mi favorita.
Hace 15 años organizaba eventos culturales y gastronómicos en dos locales de moda de Barcelona, en uno de ellos, el Ismes, celebramos el Sant Joan con una coca de 300 metros de largo. Para ese proyecto tuve la ayuda de la famosisima pastisseria Baixas, cantera de grandes pasteleros catalanes, en esa época trabajaban los aún imberbes Oriol Balaguer y el que luego fue mi compadre Yann Duytsche. Siempre que llega esta fecha recuerdo esa macrofiesta en la que la gente se volvió loca comiendo coca hasta reventar.
JO echo de menos la coca que hace mi querido primo sebastián. Me prometí hacer una este fin de semana, pero las actividades profesionales me lo han impedido. A ver si puedo esta semana.
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