Dependiendo del tiempo que tengo para el desayuno elijo entre tres lugares en El Hatillo. Uno es un kiosco situado frente al centro comercial donde hacen una empanada de salchicha extraordinaria, la mejor de todo el pueblo, pero me reservo la visita para los dias que desayuno depie, el segundo es una pequeña taguara donde hacen empanadas de carne y de pescado, muy buenas pero con el handicap de que no permiten fumar y por tanto la paciencia me alcanza para leer el primer cuerpo del periódico... el cigarrillo después de desayunar es sagrado. El tercero es el mejor en cuanto a localización, una antigua casa del pueblo con patio central que permite desayunar tranquilamente al aire libre, leer el periódico con calma y fumar degustando cada calada... las empanadas ocupan el segundo lugar en el ranking.
En las ultimas dos semanas desayunar empanadas en El Hatillo se ha convertido en una odisea, a las 8 de la mañana practicamente ya no hay y el argumento de los tres lugares es el mismo... las mujeres "empanaderas" no van a trabajar y no encuentran personal para sustituirlas...
El lugar del patio cerrado es el que peor funciona, desde hace dias no las ofrecen o solo ponen unas pocas de un solo tipo. En la taguara chiquita, la señora que dirije el negocio lo tiene que hacer todo y para poder atender a su clientela las hace demasiado temprano y cuando uno llega ya están frías y sudorosas. El kiosco callejero sufre overbooking... concentran a los desesperados que no han podido saciar su necesidad en los otros dos lugares de modo que cuando aparece una remesa de 6 o 7 empanadas recién hechas ya están colocadas entre los impacientes clientes.
Ante tal situación, esta mañana pensé en acudir a la alcaldia del municipio para reclamarle al consistorio que aplique una nueva ordenanza para declarar patrimonio cultural a las maestras empanaderas. Evidentemente a esa hora no encontré a ningún funcionario, estaban todos en la cola del kiosco esperando su empanada... cabizbajo me dirijí a una panaderia y acabé comiendo un croissant que a estas horas, por el ruido de mis tripas, hace rato que ha desaparecido...
El problema es que la empanada tiene un precio sometido a una regulación tácita, al menos en la exigencia del consumidor. Me parece baratisima en relación a la calidad del producto y claro, asi es dificil que la cocinera pueda tener un salario decente... le propongo a la alcaldia de este municipio y a las autoridades pertinentes que creen una figura legal que proteja a este importante sector profesional y puedan subsidiar parte de sus necesidades en beneficio de la hambrieta comunidad que necesita cada mañana la recarga energética para cumplir con sus obligaciones laborales... quien sabe si así estamos garantizando la competitividad y productividad del país !!!!!!!!!!
En las ultimas dos semanas desayunar empanadas en El Hatillo se ha convertido en una odisea, a las 8 de la mañana practicamente ya no hay y el argumento de los tres lugares es el mismo... las mujeres "empanaderas" no van a trabajar y no encuentran personal para sustituirlas...
El lugar del patio cerrado es el que peor funciona, desde hace dias no las ofrecen o solo ponen unas pocas de un solo tipo. En la taguara chiquita, la señora que dirije el negocio lo tiene que hacer todo y para poder atender a su clientela las hace demasiado temprano y cuando uno llega ya están frías y sudorosas. El kiosco callejero sufre overbooking... concentran a los desesperados que no han podido saciar su necesidad en los otros dos lugares de modo que cuando aparece una remesa de 6 o 7 empanadas recién hechas ya están colocadas entre los impacientes clientes.
Ante tal situación, esta mañana pensé en acudir a la alcaldia del municipio para reclamarle al consistorio que aplique una nueva ordenanza para declarar patrimonio cultural a las maestras empanaderas. Evidentemente a esa hora no encontré a ningún funcionario, estaban todos en la cola del kiosco esperando su empanada... cabizbajo me dirijí a una panaderia y acabé comiendo un croissant que a estas horas, por el ruido de mis tripas, hace rato que ha desaparecido...
El problema es que la empanada tiene un precio sometido a una regulación tácita, al menos en la exigencia del consumidor. Me parece baratisima en relación a la calidad del producto y claro, asi es dificil que la cocinera pueda tener un salario decente... le propongo a la alcaldia de este municipio y a las autoridades pertinentes que creen una figura legal que proteja a este importante sector profesional y puedan subsidiar parte de sus necesidades en beneficio de la hambrieta comunidad que necesita cada mañana la recarga energética para cumplir con sus obligaciones laborales... quien sabe si así estamos garantizando la competitividad y productividad del país !!!!!!!!!!
Te faltan las de Angelina frente al restaurante Italiano Capri esas son mis preferidas ya que la masa tiene un punto de dulce que me encata y suerte con la busqueda de desayunos con empanadas en el pueblo
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