La loteria de navidad se celebra en España cada 22 de diciembre, todo el mundo compra un décimo o participaciones y espera que la suerte le sonría para agarrar el premio "gordo". Año tras año se repite la tradición y muchos premiados no pueden evitar acudir a la administración de loterias donde compraron el décimo para hacer alarde de su suerte y celebran con cava exponiéndose delante de las cámaras de televisión.
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La mayoría de los mortales jugarán toda la vida y jamás vivirán esa euforia, pero los pocos que la han podido degustar jamás podrán olvidar ese día. Así se deben sentir en este mes de noviembre los 100 propietarios que acaban de recibir una de las patas de jamón que más ha dado que hablar en el mundo gastronómico: El Jamón Maldonado "Reserva Alba Quercus 2006"
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Para adquirir una de estas joyas había que reservar con mucha antelación y hacer un pago por avanzado de parte de los 1.500 euros que cuesta cada pieza de unos 6 kgs, como al final solo las mejores patas se comercializan pues ya se pueden imaginar que muchos se habrán quedado sin su jamón (no piensen mal, devuelven integramente el dinero de la reserva a los que se quedan sin la novia ibérica).
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Para la serie 2006 del Maldonado Alba Quercus, se separaron a dos grupos de unos 50 cerdos ibéricos de raza pura para una selección final que se estimaba entre 80 y 100 piezas. Los marranos más famosos del planeta fueron criados en estado salvaje en las dehesas de extremadura y cada cerdo disponía de unas 11 hectáreas para alimentarse de los recursos natuales de la dehesa, lo que supone unas 10 veces más de espacio de lo habitual. Al inicio de la montanera el peso medio por animal era de 72 kg. Al término de la misma, finalizado febrero, el peso medio era de 163 kg.
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Una vez concluida la curación, solo el grupo de piezas con mejores características organolépticas constituyen la serie exclusiva Alba Quercus Maldonado. Los que han tenido la oportunidad de catarlo, comentan que su carne es mucho más prensada de lo habitual, debido a que su grasa procede únicamente del aporte de la bellota y que sorprende su bajo contenido en sal y unas notas dulces que llevan al paladar hasta un terreno muy cercano a la derecha del altísimo, porque sin duda a la izquierda debe estar sentado uno de esos cerdos gloriosos. Amén.
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