En los últimos días hemos visitado muchos restaurantes en la ciudad de Panamá, quisiera desarrollar un nuevo formato para explicar lo que más ha llamado mi atención, si antiguamente destinaba un post para cada restaurante, ahora me apetece hacer un viaje conjunto en el que sume platos para la historia, nuevos cocineros en viejas cocinas amigas y cocinas nuevas que ya son amigas. Cambios y novedades que demuestran la vitalidad del sector restaurador en Panamá.
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Los Regresos
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Mis hijos descubrieron el restaurante japonés Ginza Teppanyaki en El Cangrejo, había sido recurrente en mis primeros viajes a Panamá por estar cerca de mi hotel habitual y servir una comida sana en contraste a mis constantes excesos. Para los niños fue fascinante ver al cocinero oriental moviendo el cuchillo con tal velocidad de ejecución y preparar el menú en la plancha frente a nosotros. La mejor forma de disfrutar este teppanyaki es con la "Combinación especial Ginza" un menú con vegetales salteados, pescado y langostinos, pollo, filete de res y otros complementos. Materias primas de super calidad el fino aporte de ajo, soja, vino de arroz. Desde ese día mi hija no cesa en el empeño de regresar, está tan emocionada que asegura que es el mejor restaurante del mundo.
He perdido la cuenta de las veces que he comido en los dominios de la familia Barreiro. Que mayor elogio se le puede dedicar a un restaurante que el del retorno continuo. En el Bodegón de Panamá el nivel siempre se mantiene muy alto y que personalmente jamás he sufrido una mala experiencia, pero curiosamente tenía una cuenta pendiente: los asados castellanos, el lechón y el Cochinillo no habían pasado nunca delante de mis cubiertos.
He perdido la cuenta de las veces que he comido en los dominios de la familia Barreiro. Que mayor elogio se le puede dedicar a un restaurante que el del retorno continuo. En el Bodegón de Panamá el nivel siempre se mantiene muy alto y que personalmente jamás he sufrido una mala experiencia, pero curiosamente tenía una cuenta pendiente: los asados castellanos, el lechón y el Cochinillo no habían pasado nunca delante de mis cubiertos.
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Cuando preguntaba por el cochinillo siempre lo hacía tarde o mejor dicho yo no estaba pendiente de las fechas de llegada de nuevos ejemplares y de la velocidad con la que los comensales habituales acaban con ellos. En la última ocasión que quedé compuesto y sin novia solicité a Ramon Barreiro ser avisado con la llegada de los nuevos ejemplares, desde entonces hemos repetido dos veces porque el resultado superó todas mis expectativas. Como en todo lo que hace el duo Barreiro-Perrino, la clave es la exigencia en la selección de sus adquisiciones, periodicamente se pegan el viaje hasta una finca más allá de Santiago de Veraguas para personalmente elegir en la pasarela de modelos a los animalitos que mejores condiciones presentan. El resultado es insuperable y además la suerte me sonríe, resulta que a pocos les gusta la cabecita y para mi, junto con el costillar, son las partes del cochino por las que deliro de modo que tengo asegurada la presa en cada viaje.
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el Restaurante S'cena en el Casco Viejo fue uno de los primeros lugares que conquistó al grupo familiar, los sábados era el desenlace habitual de nuestros paseos por las calles con más encanto de la capital. S'cena es uno de los espacios más atractivos de la parte histórica de la ciudad gracias a su doble oferta como restaurante (arriba) y local de ocio nocturno, el Platea, abajo, en donde se suceden noches temáticas de jazz, salsa y dentro de unos días también música flamenca. Después de algunos meses de inestabilidad en los fogones vive afortunadamente una nueva etapa que promete grandes éxitos sobre el mantel gracias a Joseba Koldobika, chef llegado desde tierras donostiarras, concretamente de Hernani y vasco por los cuatro costados.
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Joseba se define como hombre criado en las sociedades gastronómicas y en la exigente cultura gastronómica del Pais Vasco, en lo profesional presenta un extenso surtido de experiencias nacionales e internacionales. Llega a Panamá gracias a una irresistible llamada del corazón y ahora cruzaremos los dedos para que en lo personal el hombre sea feliz y los comensales podamos agradecerlo durante mucho tiempo, porque este chicarrón del Norte tiene madera como cocinero y las inquietudes de un auténtico gastronauta.
Gracias ORIOL por tus buenas informaciones.
ResponderEliminarVolveremos al bodegon de Panama, (la ultima vez nos trataron muy bien) y nos vieron la cara pues nos ubicaron en el salon Rioja.
Seguro que con Jose Luis (Joseba koldobika) gana en muchos platos y le damos la bienvenida.
Un abrazo amigo.
Amigo Pedro, cuanto tiempo sin tener tus comentarios, me alegra mucho saber de ti. Además veo que le sigues la estela a Joseba y tengo enorme curiosidad por saber los entresijos de esta conexión que intuyo tiene que ver con vecindarios y casualidades de origen guipuzcoano.
ResponderEliminarEspero que estés muy bien y que pronto te veamos por tierras panameñas.
Saludos,
Oriol