Frecuento la sucursal de Costa del Este como una de las soluciones para los almuerzos de la semana laboral. El lugar no tiene excesivas pretensiones en lo que a puesta en escena, principalmente funcional para cubrir con velocidad de vértigo la necesidad del ejecutivo en el rearme del estómago al mediodía.
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Lo más importante en este caso es que cumplan con la satisfacción del paladar y tanto en mis visitas en solitario como aquellas en las que me acompaña una amistad, coincidimos en la honestidad de la comida y un precio realmente moderado que permite a los que nos deleitamos con la cocina nipona un retorno frecuente nada dañino para el bolsillo.
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Mi selección en este restaurante no varía demasiado después de descubrir sus méritos: Para empezar la humeante Sopa de miso con hongos shitake que sirve para calentar motores, un par de "Yakitori", las gustosas brochetas de pollo de la cocina japonesa.
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En los principales me gusta el variado de tempura con langostinos y vegetales, y sobre todo el excelente sashimi variado de corte fino en donde acostumbran a darme satisfacción con el salmón y el atún, ambos de una calidad superior el precio de un plato que no llega a los 12 dólares, quedan por debajo de la media los camarones y el exceso de cangrejo "falso", ambos sirven para ofrecer un plato más generoso a la vista.
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El servicio no es brillante, para mi gusto hay demasiada rotación de meseros y resulta dificil lograr que nos traten por nuestro nombre y que nos ofrezcan aquel plus de "personalización" que en los restaurantes de menú ejecutivo es vital para aumentar la frecuencia de visitas: el mediodía de un lunes o un miércoles voy donde me tratan bien, sirven rápido la comida, predomina la higiene, pago lo justo y como decentemente.
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Excelente relación calidad / precio con la excepción de aquellos días en que uno siente que le toca consumir los coletazos del último pedido de pescado, el salto de calidad esos días es decepcionante, aunque afortunadamente esporádicos.
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Lo más importante en este caso es que cumplan con la satisfacción del paladar y tanto en mis visitas en solitario como aquellas en las que me acompaña una amistad, coincidimos en la honestidad de la comida y un precio realmente moderado que permite a los que nos deleitamos con la cocina nipona un retorno frecuente nada dañino para el bolsillo.
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Mi selección en este restaurante no varía demasiado después de descubrir sus méritos: Para empezar la humeante Sopa de miso con hongos shitake que sirve para calentar motores, un par de "Yakitori", las gustosas brochetas de pollo de la cocina japonesa.
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En los principales me gusta el variado de tempura con langostinos y vegetales, y sobre todo el excelente sashimi variado de corte fino en donde acostumbran a darme satisfacción con el salmón y el atún, ambos de una calidad superior el precio de un plato que no llega a los 12 dólares, quedan por debajo de la media los camarones y el exceso de cangrejo "falso", ambos sirven para ofrecer un plato más generoso a la vista.
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El servicio no es brillante, para mi gusto hay demasiada rotación de meseros y resulta dificil lograr que nos traten por nuestro nombre y que nos ofrezcan aquel plus de "personalización" que en los restaurantes de menú ejecutivo es vital para aumentar la frecuencia de visitas: el mediodía de un lunes o un miércoles voy donde me tratan bien, sirven rápido la comida, predomina la higiene, pago lo justo y como decentemente.
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Excelente relación calidad / precio con la excepción de aquellos días en que uno siente que le toca consumir los coletazos del último pedido de pescado, el salto de calidad esos días es decepcionante, aunque afortunadamente esporádicos.
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