La franquicia de tiendas de jamón Enrique Tomas se ha convertido en la más exitosa en lo que a vinculación con los jamones y demás productos ibéricos abriendo locales en todas partes, algunos de ellos en las mejores zonas comerciales de España. Un fenómeno a todas luces sin competencia.
Entrar en uno de sus locales es el delirio visual y aromático para los fanáticos de los productos ibéricos. Imposible no caer en las redes de los cantos de esas sirenas con forma de pata negra y compases de bellota por lo que si nuestras intenciones no son llevar algo a casa por como se presenta el día laboral, nos queda la oportunidad de degustar in situ en su cafetería y saciar la irresistible llamada de nuestra cultura ibérica ancestral vestida de gorrino de la dehesa con tres años de Universidad de la Curación en las mejores serranías del sur peninsular.
En sus locales disponen de cafetería para comer jamón rodeado de jamones y paletillas, es imposible no quedar seducido al entrar en uno de ellos. Al solicitar un bocadillo preguntan "lonchas o virutas" al mismo precio, decido virutas por aquello de no arrastrar toda la loncha en un mordisco sabiendo que la viruta es el aprovechamiento de la pieza luego de cortar las lonchas, muchas veces buenísimas por proceder de partes difíciles de cortar pero de sabores intensos.
La decepción es que mas que virutas parecen "cabellos de jamón" que no alcanzan a satisfacer la degustación por escasez, presentación y porque quedan "cocinadas" al calor del tueste del pan. La sensación es que salí perdiendo al escoger el descarte al mismo valor que la loncha "premium".
Un despropósito a corregir en un comercio tan exitoso y con tanto desarrollo que vale la pena que cuiden estos detalles.
La Cuenta: 5.9€ bocadillo grande, 3.5€ mediano
El Conteo: 3.5/10
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