El viernes por la tarde estuvimos reunidos los miembros del equipo de Serra & Silva para concretar detalles de nuestra participación en el SIG. A media tarde se unió al grupo Alberto Fariñez de Ron Macuro, ya que en el salón de la gastronomía presentamos en sociedad nuestro acuerdo de distribución.
Abrimos una botella del Ron Macuro después de disfrutar de un vino Roda Reserva 2002, no hay nada más productivo para una reunión de brain storming que la presencia de un vino de conversación. Para comer habiamos preparado unos pimientos del piquillo rellenos de carne y teniamos en la mesa los aceites Dauro de l'Empordá y Marqués de Griñón Capilla del Fraile... la tarde era completa...
En un momento de la conversación, hablamos sobre el maridaje del ron, es evidente su unión con el chocolate y el tabaco, y como ingrediente en cocina es excelente en preparaciones de cordero y en el mundo dulce... en ese momento propuse un juego que no habiamos practicado antes...
¿Puede el Ron maridar con el aceite de oliva?
Ninguno de nosotros lo habiamos probado, de modo que decidimos hacer el ejercicio con los 6 aceites de nuestro catálogo: Las arbequinas de Oli Mas d'en Gil, Romanico Esencia y Dauro d'Aubocassa, la complejidad del corte del aceite Arteoliva (Picual, picudo, arbequina y Hojiblanca) y la excelencia de los Aceites de Pagos del Olivar, el Dauro de l'Empordá (Arbequina, Hojiblanca y Koroneiki) y el Marqués de Griñón Capilla del Fraile (Picual, Abequina y Manzanilla).
Los aceites suaves y aterciopelados de la lujosa Arbequina, con su hierba fresca y ramas de tomate, quedaban opacados por la fuerza alcohólica del Ron y sus notas de cacao y maderas nobles, además el ron perdía complejidad. Con Arteoliva nos acercabamos a una cierta sensación de fusión en boca pero no resultaba perfecta.
El extasis llegó con el aceite del Marqués de Griñón, la potencia de la picual, con su amable amargor y el picor suave en el retrogusto encajaban milagrosamente con el alcohol, el picor con las notas de tabaco, su persistencia en boca se amalgamaba con el ron para realzarlo en una suprema sensación de maderas ahumadas. Nos quedamos absolutamente fascinados con la combinación, hasta el punto de que llegamos a corroborar que habiamos encontrado una relación mucho más productiva que otras de corte más tradicional. El componente graso del aceite suaviza el vínculo en boca con el ron, lo hace más sedoso pero gracias a la Picual, el ron no pierde protagonismo, al contrario, desarrolla sus valores con mayor nitidez y elegancia.
todo un descubrimiento que os invito a experimentar.
Abrimos una botella del Ron Macuro después de disfrutar de un vino Roda Reserva 2002, no hay nada más productivo para una reunión de brain storming que la presencia de un vino de conversación. Para comer habiamos preparado unos pimientos del piquillo rellenos de carne y teniamos en la mesa los aceites Dauro de l'Empordá y Marqués de Griñón Capilla del Fraile... la tarde era completa...
En un momento de la conversación, hablamos sobre el maridaje del ron, es evidente su unión con el chocolate y el tabaco, y como ingrediente en cocina es excelente en preparaciones de cordero y en el mundo dulce... en ese momento propuse un juego que no habiamos practicado antes...
¿Puede el Ron maridar con el aceite de oliva?
Ninguno de nosotros lo habiamos probado, de modo que decidimos hacer el ejercicio con los 6 aceites de nuestro catálogo: Las arbequinas de Oli Mas d'en Gil, Romanico Esencia y Dauro d'Aubocassa, la complejidad del corte del aceite Arteoliva (Picual, picudo, arbequina y Hojiblanca) y la excelencia de los Aceites de Pagos del Olivar, el Dauro de l'Empordá (Arbequina, Hojiblanca y Koroneiki) y el Marqués de Griñón Capilla del Fraile (Picual, Abequina y Manzanilla).
Los aceites suaves y aterciopelados de la lujosa Arbequina, con su hierba fresca y ramas de tomate, quedaban opacados por la fuerza alcohólica del Ron y sus notas de cacao y maderas nobles, además el ron perdía complejidad. Con Arteoliva nos acercabamos a una cierta sensación de fusión en boca pero no resultaba perfecta.
El extasis llegó con el aceite del Marqués de Griñón, la potencia de la picual, con su amable amargor y el picor suave en el retrogusto encajaban milagrosamente con el alcohol, el picor con las notas de tabaco, su persistencia en boca se amalgamaba con el ron para realzarlo en una suprema sensación de maderas ahumadas. Nos quedamos absolutamente fascinados con la combinación, hasta el punto de que llegamos a corroborar que habiamos encontrado una relación mucho más productiva que otras de corte más tradicional. El componente graso del aceite suaviza el vínculo en boca con el ron, lo hace más sedoso pero gracias a la Picual, el ron no pierde protagonismo, al contrario, desarrolla sus valores con mayor nitidez y elegancia.
todo un descubrimiento que os invito a experimentar.
el maridaje imposible... como muchas otras cosas (un catalán del madrid jajaja) son difíciles hasta que lo intentas.
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