Hoy asistí en vivo a la detención de un ladrón de carros por parte de unos ciudadanos, vieron como el malandro estaba a punto de cometer el robo y lo persiguieron hasta alcanzarle, tumbarlo en el suelo e inmovilizarlo con la rodilla en el cuello. El "heroe" llamó por el celular a la policia y en menos de dos minutos estaban en la escena del "crimen". Hasta aquí todo parecía perfecto.
Entonces el "heroe", me imagino nervioso y excitado por el riesgo de su acción, se decidió a dar patadas muy fuertes en las costillas del hombre que yacía en el suelo... pareciera que no le rompió ninguna porque el malandro se levantó y ya con las esposas en las muñecas fue apresado por los policías. Durante los siguientes minutos se dedicaron a golpear al hombre en plena calle y a la luz del día mientras el tráfico que pasaba delante de la escena no se inmutaba. No eran golpes lo suficientemente "salvajes", estaban perfectamente "medidos" para hacer daño relativo y dar una lección al ladrón.
Una pequeña historia en esta gran ciudad en donde el hampa campa a sus anchas y la seguridad personal depende de la "suerte" de no estar en el momento y el lugar equivocado... será que lo que hoy vi es el único método de justicia que el ciudadano fustrado puede ejercer por la nula confianza que tenemos los venezolanos por en un sistema que fomenta la violencia, la corrupción y el irrespeto a la vida. Como sea, visto de cerca, la escena de hoy fue triste...
Entonces el "heroe", me imagino nervioso y excitado por el riesgo de su acción, se decidió a dar patadas muy fuertes en las costillas del hombre que yacía en el suelo... pareciera que no le rompió ninguna porque el malandro se levantó y ya con las esposas en las muñecas fue apresado por los policías. Durante los siguientes minutos se dedicaron a golpear al hombre en plena calle y a la luz del día mientras el tráfico que pasaba delante de la escena no se inmutaba. No eran golpes lo suficientemente "salvajes", estaban perfectamente "medidos" para hacer daño relativo y dar una lección al ladrón.
Una pequeña historia en esta gran ciudad en donde el hampa campa a sus anchas y la seguridad personal depende de la "suerte" de no estar en el momento y el lugar equivocado... será que lo que hoy vi es el único método de justicia que el ciudadano fustrado puede ejercer por la nula confianza que tenemos los venezolanos por en un sistema que fomenta la violencia, la corrupción y el irrespeto a la vida. Como sea, visto de cerca, la escena de hoy fue triste...
Que te puedo decir, triste y deprimente del lado que estés, lamentablemente la ciudad está herida y sus habitantes también.
ResponderEliminarque horror oriol...
ResponderEliminarLo mas lamentable es que esas escenas encuentran eco en las provincias. Dantesco es lo menos para calificarlo, debemos pedirle a Dios justo eso, la suerte de no encontrarnos en el momento y sitio equivocado.
ResponderEliminarUltimamente al estar muy cerca de una de esas situaciones, del modo mas lamentable empece a calificar a mi tierra, como el Pais de los Modus Operandi :S
Saludos.