Hoy tuve un dia demasiado complicado, muchos compromisos de última hora con mis clientes antes de tomar unos días en familia. Bien avanzado el mediodia todavia no había comido nada y recalé en un centro comercial cercano al aeropuerto de la Carlota. Estaba citado con un amigo en una tasca española para comer unos callos a la madrileña pero se habían terminado, de modo que salimos en búsqueda de otras tasquitas donde saciar el vicio común por este manjar. En una de las tasquitas escondidas en la jungla de cemento, no diré nombres, leia en la carta "propuesta del cazador"... pregunté y el mesonero sigiloso y escueto dijo un nombre: "Lapa" Mi amigo venezolano me miró con los ojos abiertos, lleno de ilusión me dijo: "es ilegal, pero es buenisima", recordé la inolvidable experiencia con la sopa de "aquel animal que vive con su casa a cuestas" en la peninsula de Paraguaná, también ilegal en su captura y comercialización... no hay nada más atractivo par...
Que bonito todo, de verdad hay que ser alguien especial para ser cocinero. Las imágenes hablan por si solas.
ResponderEliminarTe coloqué en mi blogroll, y pasaré con frecuencia.
Leí tu artículo sobre los embutidos que te trajeron de España, que regalaso, hombre.
Tomaré nota para no cometer errores en mi próximo viaje a España.
En el último viaje me metí en el Corte Inglés y compré un jamón muy bueno de bellotas que me empacaron al vacío, traje como seis bolsitas de 100 gramos cada una ( gasté una fortuna)y no llegó ni a las muelitas jejejejeje.
Estas cosas hay que saber donde comprarlas y conocer marcas, denominaciones. Si me pudieses echar una mano con eso en el futuro, con un artículo, o un pequeño comentario sería grandioso.
Se vé que te quieren mucho por Venezuela, por algo será.
P.D. Las fotos de tu padre recogiendo hongos son una belleza.