Londres, París y Roma, son las tres ciudades donde el F.C. Barcelona ha conquistado sus tres trofeos deportivos más preciados, la Copa de Europa de clubes. Soy amante de los símbolos y me gusta sentir que todo responde a relaciones de causas y efectos, y en el fútbol vale mucho.
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Que el equipo que representa a mi ciudad natal se haya coronado en las tres capitales europeas que más veces he visitado en mi vida es una casualidad a medias, es la causa objetiva de que estas y no otras ciudades de Europa han resultado desde siempre las más llamativas y atractivas como turista por relevancia y el legado de su historia, tanto por los monumentos como por la actitud pujante y cultural de sus habitantes, y cosmopolitas por estar permanentemente abiertas a asimilar novedades forasteras y a la vez permanencer inalterable su propia identidad.
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Como Barcelonés, siento que también confluyen todos estos atributos en mi ciudad y justo después de las megapolis de Londres y París, Roma y Barcelona nos unimos desde el Mediterraneo a ese cuadrado imaginario que explica la riqueza y diversidad de culturas de los pueblos de Europa y atrae de forma magnética a gentes de todo el mundo. Las sensaciones en esta ocasión se unen a los datos estadísticos, según el informe Top 150 City Destinations, relativo a las ciudades más dinámicas del mundo en lo que a visitantes turísticos se refiere, Londres (1), París (3), Roma (8) y Barcelona (10) son las 4 capitales europeas que más turistas acogen entre las 10 ciudades más visitadas del mundo, el resto del top ten lo conforman 5 grandes ciudades asiáticas y Nueva York.
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Desde Roma, Paris y Londres se han escrito páginas fundamentales de la historia de nuestro viejo continente desde el nacimiento del Imperio Romano hasta la actualidad. Hay otras capitales como Atenas, Estambul, Lisboa, Madrid, Berlín, Viena o Moscú de gran relevancia, pero unas por su "juventud" (Madrid o Berlín) y otras por el hecho de que su peso histórico se reduce a periodos muy concretos (Atenas o Lisboa, por ejemplo), no tienen en el siglo XXI la fuerza simbólica ni el liderazgo capital de las ciudades-insignia del Reino Unido, Francia e Italia.
Londres fue fundada en el año 43 ac por los romanos, Paris en el siglo III antes de cristo y Roma a finales del Siglo VII antes de nuestra era... todas ellas escriben las grandes páginas de la historia europea initerrumpidamente desde hace más de dos mil años. La ciudad de Barcelona, fundada por los romanos como Barcino en el 218 aC, aunque ya habia asentamientos íberos desde el Siglo III a.C., tiene parecida relevancia en sus más de 2.000 años de historia, y es capital milenaria desde que fuera declarada como "Cap i Casal" de los condados catalanes unificados que fundaron el Reino.
Londres fue fundada en el año 43 ac por los romanos, Paris en el siglo III antes de cristo y Roma a finales del Siglo VII antes de nuestra era... todas ellas escriben las grandes páginas de la historia europea initerrumpidamente desde hace más de dos mil años. La ciudad de Barcelona, fundada por los romanos como Barcino en el 218 aC, aunque ya habia asentamientos íberos desde el Siglo III a.C., tiene parecida relevancia en sus más de 2.000 años de historia, y es capital milenaria desde que fuera declarada como "Cap i Casal" de los condados catalanes unificados que fundaron el Reino.
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Como barcelonés me he negado siempre a aceptar la definición de "segunda" ciudad en el actual marco de España, como Frankfurt en Alemania, es innegable que ambas son el eje sobre el que se ha vertebrado parte decisiva del desarrollo de sus naciones desde una perspectiva de varios siglos, con periodos decadentes pero en definitiva trayectorias de largo plazo prósperas y robustas.
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Ciudades como Madrid, capital cortesana desde el Siglo XVI o Berlín, capital del Imperio Aleman desde 1701, completan las capitalidades de los 5 grandes paises de Europa Occidental en la división geopolítica de la actualidad pero es indudable que en sus territorios deben cohabitar con los galones de sus rivales urbanos y acostumbran a suplir la falta de canas y arrugas de la historia con deslumbrantes obras faraónicas y ligerezas presupuestarias.
.Será una de las razones que explican el eterno combate simbólico entre el R. Madrid y el FC Barcelona, una, la joven ciudad mesetaria que recibió todos los poderes para hacerse grande en poco más de 10 generaciones y que aún lo está asimilando, el otro, viejo poblado del mediterraneo que sabe administrar con sabiduría el legado de su cultura desde hace más de 100 generaciones. Barceloneses que como los romanos, parisinos y londinenses, a pesar de derrotas brutales que en algún tránsito de estos más de 20 siglos practicamente aniquilaron sus almas, supieron retener el orgullo de ser para regresar con mayores bríos.
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Será por eso que hemos ganado nuestras finales futbolísticas en estos foros, y no en otros, porque son Londres, Paris y Roma, donde más cómodos nos sentimos los barceloneses para reverdecer pedazos de gloria, porque tenemos el espíritu de Roma en nuestras calles y ancestros, la flema británica en la moderación de nuestro comportamiento y la pasión parisina por la belleza en los edificios que adornan nuestra ciudad y las paredes de nuestras casas.
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Quizás lo que es genuinamente nuestro es el adorno ilimitado de la tragedia y la extraña capacidad para hacer comedia hasta en los peores momentos... nos falta por tanto otra Copa de Europa simbólica para explicar quienes somos, la que ganaremos algún día en el Santiago Bernabeu de Madrid, ciudad a la que atribuimos la mayor cantidad de nuestros males desde que nuestro Fernando se casara con su Isabel.
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Ayer, Pep Guardiola y todo el equipo del FC Barcelona ganaron una copa y obtuvieron la inmortalidad para todos los barceloneses y barcelonistas, como hiciera en los juegos olímpicos de Grecia en el 129 d.C. Lucius Minucius Natalis, atleta de la colonia romana de Barcino (Barcelona), al proclamarse campeón olímpico de carreras de cuádrigas. Todavía podemos admirar la estatua conmemorativa del atleta en el Museu d'Historia de la Ciutat de Barcelona.
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toma yaaaaaaa
ResponderEliminarOriol, mas allá de los comentarios sobre esa jornada, épica, y los que haces desde el punto de vista historia cultural de esas capitales, quienes te conocemos, y vaya que me precio de ello, sabemos que tus emociones son el reflejo de esa libertad por la que tanto Uds., los catalanes, han bregado.
ResponderEliminarDe fútbol, no soy muy docto, mas de emociones, si talvez un poco y las expresadas por ti aquí, y las recibidas por teléfono, las comparto contigo y con mi hija Selva Maria II , Selva Maria III y Oriol Ferran.
Felicitaciones…y Olé
Humberto Silva Cubillan