Oriol Serra Nadal - La Cuenta, por favor

Hay quien gusta coleccionar objetos, le gusta comprar ropa, carros, joyas, aparatos tecnológicos, apartamentos u otras propiedades... no tengo nada en contra... pero a mi, la verdad, nada de eso me importa realmente y simplemente le confiero un estricto valor utilitarista. Lo que me obsesiona es coleccionar experiencias, vivir y alimentar el alma y el corazón con el sabor que todo ello. Ese es el principal destino de mis inversiones en tiempo y dinero, un territorio incorruptible con uno mismo donde viajar, comer y beber ocupan la cúspide de mis anhelos. Actividades que por suerte o por desgracia son efímeras pero pueden llegar a ser eternas en el paladar del tiempo como aquel primer beso de amor. . Explicarlo es el mejor método que conozco para fijar lo vivido de forma mucho más nítida en los rincones de la memoria, luego aquel incierto juego con el paso de los años hará que sea selectiva. En estos momentos solo aspiro a que días como el vivido el pasado 25 de junio en un futuro lejan

El último día de mi estancia en Brasil quise conocer el restaurante eñe de los hermanos gemelos y cocineros catalanes Javier y Sergio Torres . Situado en la Rua Mario Ferraz del barrio Jardim Europa, uno de los más exclusivos de Sao Paulo. Había oido hablar de su aventura en Brasil y su corto pero gran éxito entre los aficionados paulistas bajo su propuesta de nueva cocina española con el formato de tapas. Todo empezó en un festival gastronómico en el Hilton de São Paulo, los gemelos sorprendieron a todo el mundo con su audaz propuesta y después de repetir nuevas visitas a Brasil, ganarse el aprecio y el reconocimiento de todo el mundo acabaron formalizando junto a dos socios españoles el proyecto eñe. El día a día lo dirije el asturiano Arcadio Martínez junto al control periódico de los chefs que después de una intensa etapa inicial que requería de su presencia para formar al equipo de 10 cocineros, ahora que el proyecto está bien asentado se trasladan constantemente de Barcelona a S

Mi relación con la Cachaça ha sido a lo largo de la vida esporádica, sobretodo centrada en las pocas caipirinhas que habré tomado en fiestas o locales de inspiración brasileña tanto en Catalunya como en Venezuela. En todos esos casos la cachaça era un ingrediente importante del coctel que por la compañía del azúcar, hielo y limón tapaba su naturaleza. En esas circunstancias no le prestaba atención ni a las marcas ni a los tipos de calidades y más bien tenía la idea de que se trataba de una bebida alcohólica sin demasiadas pretensiones con una misión centrada en un combinado refrescante. Aproveché la estancia en Rio de Janeiro y Sao Paulo para investigar las marcas y precios en los supermercados, las cartas de los restaurantes, licorerías y wine bar y preguntar mucho a quien deseaba hablarme de la bebida alcohólica nacional (despues de la cerveza, claro). Tuve mucha suerte en un restaurante del sector paulista de Murumbí llamado Nossa Senhora, su propietario era un fanático de la Cachaç

Dos atalayas dominan las alturas de Rio de Janeiro, el Pao de açucar y el Cristo del Corcovado . Ambas cimas se miran, una a cada lado de la ciudad, y nos ofrecen dos panoramas inigualables de la especial naturaleza donde se asienta Rio. Para disfrutar de la vista recomiendo el Pan de Azúcar a primera hora de la mañana para tener el Sol a la espalda y gozar de la vista hacia el oeste. Todo lo contrario con las alturas del Corcovado en la proa del parque nacional de Tijuca, deberiamos ir por la tarde para dejar que el Sol cubra su recorrido y mirar hacia el este con todo lujo de detalles para ver la ciudad desde la trastienda y gozar de la particular estampa de una de las ciudades más seductoras del mundo desde las alturas. Rio de Janeiro desde el Cristo del Corcovado Rio de Janeiro desde el Pao de Açucar

Lunes al mediodía en los aledaños del "complejo del alemán", concretamente en el barrio de Bonsucesso, muy cerca de la Avenida Brasil, una de las arterias principales para entrar y salir de Rio de Janeiro. Zona industrial donde teniamos dos encuentros de trabajo muy cerca del barrio más peligroso de todo Rio donde opera El Alemán, el narcotraficante más poderoso y buscado por las autoridades. Estuvimos cerca de perder el apetito ya que tuvimos que cruzar por la calle principal del complejo y el ejercito tenía tomada cada esquina con barricadas de sacos terreros (no tomé fotos, lo siento) porque le tienen montada una auténtica guerra civil... la escena os aseguro que no deja indiferente. Buscábamos un lugar para comer y nos recomendaron un restaurante especializado en la prestigiosa cocina del noreste de Brasil. Lo encontramos, se trata del Chapéu de Couro o Sombrero de Cobre... y sinceramente valió mucho la pena. Una de las cosas que sorprende de los supermercados y carnice

El sábado tuvimos un día soleado, con una visibilidad excelente como para pasear por las playas de Ipanema y Copacabana y hacer turismo por las alturas más populares de Rio de Janeiro, el Cristo del Corcovado y el Pan de Azúcar, dos atalayas desde las que se puede admirar la grandeza de esta ciudad y su alucinante orografía que la convierte en una de las metropolis con mayor personalidad propia. El domingo el día amaneció horrible, lluvioso y desapacible, aporevechamos para adelantar el trabajo de la semana pero también para darnos el gusto de visitar la churrasquería más famosa de todo Rio de Janeiro, Porcâo , en la zona de Barra da Tijuca. En el porche del restaurante la gente espera pacientemente su turno y para entretener el momento, el restaurante ofrece una selección de abrebocas fríos y calientes y la bebida que uno desee. El espacio es tan cómodo que nadie se pone nervioso por la larga espera de la mesa. En una churrasquería los clientes saben que nadie les apura y se quedan s

¿Que hace toda esta gente en el piso ? sin duda hay una poderosa razón. haber quien es el primero en adivinarlo !!!!!

En breve desapareceré por unos días para conocer uno de los rincones de este mundo que desde niño he soñado. El motivo es laboral y los preparativos de estos últimos días no me permiten tiempo para escribir. Al regreso espero poder plasmar la experiencia. Hasta pronto

La Película Perfume me provocó una asociación de ideas con una de mis películas más adminadas, Ulysses Gaze , o La Mirada de Ulises (1995), del recordado director griego Theo Angelopoulos. Especialmente aquella escena de la barcaza en el Danubio con una estatua gigante de Lenin viajando acostada a través de los balcanes y de la europa central simbolizando la defunción del antiguo bloque comunista. Un símbolo de la tragedia del siglo XX y de una de las regiones del mundo que más sufrió.

Desde hacía meses tenía en casa el DVD de la película Perfume. La historia de un asesino basada en el libro El Perfume del escritor alemán Patrick Süskind, un best seller muy recordado por los aficionados a la lectura a finales de la década de los ochenta y que ha sido referencia para muchos. No estuve tentado de ir al cine cuando se estrenó la película por aquello de que un libro que amamos casi siempre supera ampliamente lo que es capaz de transmitir la versión cinematográfica. Realizada en 2006 por el director alemán Tom Tykwer, Perfume es una espectacular adaptación del libro más allá de las licencias que se tome por el bien de la narración en pantalla (en cine sin duda se agradece que la parte de la cueva sea tan sintetizada). El retrato del Paris del siglo XVIII es fuera de serie y la escena de la orgía pública en la plaza refleja aquello que una contruía en la mente a través de la lectura. Las imágenes también logran en algunos pasajes transmitir fuera de la pantalla los olore

Nueva Zelanda ha tomado con fuerza un espacio propio gracias a su sauvignon blanc considerado ya entre los mejores del mundo. Las dos islas principales de Nueva Zelanda están situados en el hemisferio sur entre los 34 y los 48 grados de latitud, separada de Australia por unos 1.600 kilómetros de mar. El clima de Nueva Zelanda es más fresco y lluvioso que el Mediterraneo y con acusadas variaciones entre el norte y el sur del país. Cuenta con 15.000 hectáreas de viñedo entre nueve regiones y hasta bien entrados los años ochenta no hubo producción de vinos de calidad. En ese periodo emerge la figura del doctor Richard Smart como responsable del gobierno neozelandés para el sector vitivinícola, su avance en la gestión de la cobertura vegetal, conocido como el 'canopy management' permitió que en aquel clima tan lluvioso mejorara cualitativamente la maduración de la uva lo que supuso conseguir vinos de gran calidad. Sauvignon blanc es la casta blanca predominante con casi un 20%