Hay quien gusta coleccionar objetos, le gusta comprar ropa, carros, joyas, aparatos tecnológicos, apartamentos u otras propiedades... no tengo nada en contra... pero a mi, la verdad, nada de eso me importa realmente y simplemente le confiero un estricto valor utilitarista. Lo que me obsesiona es coleccionar experiencias, vivir y alimentar el alma y el corazón con el sabor que todo ello. Ese es el principal destino de mis inversiones en tiempo y dinero, un territorio incorruptible con uno mismo donde viajar, comer y beber ocupan la cúspide de mis anhelos. Actividades que por suerte o por desgracia son efímeras pero pueden llegar a ser eternas en el paladar del tiempo como aquel primer beso de amor.
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Explicarlo es el mejor método que conozco para fijar lo vivido de forma mucho más nítida en los rincones de la memoria, luego aquel incierto juego con el paso de los años hará que sea selectiva. En estos momentos solo aspiro a que días como el vivido el pasado 25 de junio en un futuro lejano pueda mantener vivo el sabor de lo que sentí y el valor de lo que aprendí.
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Como un surfista me gusta andar montado en la tabla de la vida, sabiendo que hay que dedicar parte importante del tiempo en trabajar pacientemente en medio del mar esperando la llegada de un viento que levante las mejores olas. Cuando llegan me lanzo con todo para gozarlo hasta la extenuación y eso era lo que tenía marcado entre ceja y ceja desde que aterricé en Brasil: surfear encima de los platos de Alex Atala en su mítico D.O.M.
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la sobremesa se alargó en una animada tertulia con la destacada presencia de Javier El-Hage, primo boliviano de Alex Atala que acudía por primera vez a Sao Paulo
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Ahora que ha pasado una semana, recuerdo el 25 de junio como un día único, de los que marcan un antes y un después en la historia de este amante de lo efímero. El promotor de principio a fin de toda esa concentración de felicidad, de verdadera satisfacción y catarsis no es otro que el cocinero brasileño Alex Atala. Las espectativas, muchas veces nos traicionan por estar alimentadas de grandilocuentes referencias previas, en este caso quedaron tan cortas ante la realidad que aún estoy profundamente sorprendido.
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Todo empezó por su comida, sin ella hubiera faltado el vínculo fundamental de la visita porque hasta entonces la relación era tan casual como las charlas en los pasillos del SIG del año pasado o las referencias de amigos comunes, especialmente recordada fue la figura de Federico Tischler por quien Alex profesa extraordinario afecto. La tarde avanzó por un camino inesperado, no aspiraba a más que lo que aspira todo comensal pero el hombre es generoso y apasionado, y desde el primer instante existió un ambiente en el que todo congeniaba y desde esa magia se fue creando una amistad en carne viva que en esas pocas horas fue intensa sin que realmente sea importante saber si el momento abrirá nuevos encuentros.. quizás nos inventamos una amistad para toda la vida con el privilegio de ser disfrutada en un solo día... ¿Será ese el mundo de Alex Atala?, ¿un hombre que se vuelca con todo sobre una ola sin importar si luego llega otra?...
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Hoy, desde geografías alejadas, no sabeis como aprecio haber compartido las confidencias de un profesional que ama hasta la locura todo lo que nos propone y lo transmite con fuerza, con detalle. Un artista y un intelectual que comprometido con su causa brasileña y amazónica ha trazado un camino que lo convierte en referencia cultural del continente americano y que oficia con recursos tan amplios que sabe exactamente encontrar a cada ingrediente de su terruño toda su expresividad, desde el discurso verbal al ejemplo que acabaremos degustando paladar adentro.
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Brindo por toda la confianza y amistad que durante un día me transmitió, por tanta generosidad y haber abierto de par en par los secretos de su cocina, de su persona, de su familia, su ideario y por haber motivado a todo el equipo del D.O.M. para que la orquesta interpretara a la perfección una obra maestra de la que me declaro admirador y que en los siguientes post ofreceré justa crónica de lo acontecido.
Hola Amic!!! Fa dias que no em entretenia amb el teu blog. Comparteixo el teu pensament, cal alimentar a l'ànima i el espiritud; solament aquests records són els quals arriben a recordar-se amb el temps. Ojala i algun dia puguem donar-nos un paseito en família...
ResponderEliminarUn Petó i Un Abraço
Tatiana Mora
date oriol esperamos tus post!!!
ResponderEliminarQuerido Oriol,
ResponderEliminarSiempre sigo tus posts. Te cuento que estoy en Nueva York hace un par de años. Me gustaría saber si tenés algunas críticas sobre restaurantes de acá para leerlas y comenzar a explorar con criterio.
Gracias de antemano, y un fuerte abrazo,
Javier
(javier.elhage@yahoo.com)