Después de una semana en Barcelona celebrando las fiestas navideñas con la familia y con un clima muy desapacible, hoy el día se presentó soleado y con una temperatura agradable como para pasear por el centro de la ciudad con los niños. En la librería La Casa del Libro del Paseo de Gràcia las casualidades de la vida tomaron toda la fuerza y simbolismo, entre libros de vino y gastronomía tropiezo con dos personas muy importantes para mi amigo Jordi Miró . En unas navidades en las que Jordi no ha tenido la oportunidad de salir de Venezuela para compartir estas fechas con sus padres, encontrarme con ellos ha sido algo muy especial y me he sentido como un pequeño embajador de los afectos de Jordi para trasladar a su familia todo el cariño del hijo, porque en Venezuela o en Panamá, amigos como Jordi o Pere se convierten en nuestros arraigos familiares. . Ayer sucedió algo parecido, aunque en este caso la sorpresa estaba encargada de antemano, el chef Pere Masoliver de Panamá me entregó un
Gastronomía