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la Jamonada de Jordi Miró

En Catalunya se celebra una vez al año, durante el verano, una cena en la casa de la playa de un político muy polifacético y respetado cuyo menu es cada año el mismo: el suquet de peix, una cazuela de pescado muy sabrosa y tradicional de la costa brava. Lo trascendental de ese evento es que reune a toda la clase politica y lo mas destacado de la sociedad civil catalana... si no estás invitado al suquet se puede decir que no "existes" para las altas esferas catalanas.

Normalmente no traslado a este espacio las fiestas privadas que organizo o a las que asisto como invitado ya que considero que son secreto de sumario de cada uno de los asistentes pero ayer en Caracas, mi amigo catalán Jordi Miró celebró un evento que bien podría convertirse en algo parecido al encuentro del Suquet de Peix trasladado al trópico.

Ejerciendo de perfecto anfitrión, Jordi nos convocó a disfrutar de una noche temática en lo gastronómico, en este caso La "Jamonada" que ya organizaba una vez al año en España con los amigos y familiares de allá y que ha querido perpetuar también en Caracas.

La mesa era un espectáculo ibérico. Jordi ejercia de violín solista, el instrumento era un jamón ibérico de bellota gran reserva de la D.O. Guijuelo, es decir, el Stradivarius de los jamones ibéricos. Con el cuchillo en una mano y el jamón en la otra empezó un recital inolvidable y todos nosotros, el público congregado saboreábamos las notas musicales que caían en el plato en forma de pequeños cortes donde grasa y músculo se amalgaman en perfecta armonia para crear en la boca un coro celestial... La orquesta ibérica acompañaba al solista con otros instrumentos irrenunciables: de Salamanca un chorizo ibérico que me quitó el habla, superando incluso en calidad al chorizo ibérico de Guijuelo que yo habia aportado para completar los instrumentos de viento. Desde el corazón de Catalunya aparecieron los fabulosos salchichones legítimos de Vic y el fuet que si bien parece humilde por su escaso diámetro concentra sabores excelsos. De Las islas Baleares la auténtica sobrassada de Mallorca, uno de los embutidos menos conocidos en Venezuela pero que a nosotros nos vuelve locos.

Los vinos llegaron de nuestras bodegas y ambos encajaron con el alma ibérica de la noche, el Duratón 2002 de el especial terruño segoviano y el Gotim Bru de Castell del Remei, de los confines de las tierras catalanas de Lleida. Un vino castellano y otro catalán para ejemplificar la unión de las dos iberias y explicar la riqueza y complejidad cultural de la península. Jordi es en esencia un gran pacificador de una España que casi nunca es posible, en su sangre corre pureza y orgullo por catalunya, en su legítimo desarrollo humano y cultural transitado en Madrid se siente profundamente madrileño y castellano... quizás Jordi sea el primer Español completo, los demás seguimos teniendo contrapesos acusados hacia el mediterraneo, las mesetas de Castilla, los vientos del cantábrico o los latifundios de andalucia.

Gran noche, Jordi, espero que la continuidad de este evento esté garantizada y que se convierta en el Suquet de peix de esta Caracas que amamos y hemos convertido en patria única

Comentarios

  1. Anónimo10:59 p. m.

    Espero poder celebrando cada año, aquí lo haremos el último fin de semana de enero, este magno evento. Gracias por la compañía.

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  2. Anónimo8:53 a. m.

    Ya veo lo que sufrís los del exilio caraqueño. Que parecía que os daba pena lo de iros, pero le habeis cogido el gustillo jajaja. Un beso muy fuerte, saludos a Oriol (a ver cuando nos conocemos... en la siguiente visita a la capital venezolana?) y gracias por tratar así a mi hermano :P

    ResponderEliminar

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