En un matrimonio entre dos personas de orígenes culturales y nacionales distintos cuando se acercan las fechas navideñas florecen de forma notoria las experiencias radicalmente opuestas en la celebración de las fiestas sobre la mesa.
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En nuestra unión catalano-venezolana nunca hemos tenido divergencias para seleccionar que platos tradicionales de cada país aparecerían en navidad por una mera cuestión de localización geográfica, es decir, hemos disfrutado del pan de jamón, la ensalada de gallina, las hallacas, el pernil o la torta negra cuando hemos pasado las fiestas en Caracas, y la carn d'olla, l'escudella amb sopa de galets, capó o pava farcida amb prunes i pinyons, canelons, neules i turrons cuando lo hemos celebrado en Barcelona.
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Pero la navidad de 2009 se presenta con un formato inédito en nuestra familia, decidimos pasarla en Panamá y recibir por primera vez en el país a una importante representación de nuestras familias, tanto de la parte catalana como de la venezolana. El hecho de que la familia catalana llegue después de la nochebuena ha facilitado la toma de decisiones sobre qué cocinar, esa noche va a ser venezolana. Si además tenemos en cuenta que los catalanes nos centramos por encima de todo en el mediodía del 25 y repetimos almuerzo al día siguiente, Sant Esteve, con parecida trascendencia, podriamos decir que nos ahorramos un conflicto de estado: nochebuena de hallacas, pernil y gaitas zulianas, navidad con la pava farcida y música de "nadales" (villancicos catalanes) y Sant Esteve con canelons.
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Si las diferencias sobre la mesa son grandes y han quedado resueltas a base de un calendario compatible. En cuestión de niños y quien trae los regalos, afortunadamente la magia navideña nos permite que vengan todos los personajes: Santa Claus por el lado venezolano llega en nochebuena, el tió, el tronco mágico catalán, caga sus dulces y juguetes el día de navidad y los Reyes Magos, tan olvidados por latitudes caribeñas, sacarán tiempo de donde puedan para saltar el océano la noche de la epifanía junto a sus camellos para entrar en casa cuando todos estemos dormidos, comer la cena que les habremos preparado y dejarnos un presente que sigue siendo el más esperado por niños y mayores en esta casa: Melchor, Gaspar y Baltasar son los únicos que pueden explicarnos como sonreía el niño Jesús hace algo más de 2.000 años.
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BON NADAL !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarpara toda la familia.
que el abeto de espinelves, la fia faia, el caga tio, els pastorets, el caganer, el home dels nassos.
Y un buen menu con
Escudella y carne de olla.
La Sopa de galets.
Canelones.
Capón farcit.
Tortell de Reis.
Un buen Cava.
Turrones y neules.
BON PROFIT.
Querido Pedro,
ResponderEliminarCon tus recuerdos de navidad catalana me inspiras a escribir otros capítulos descriptivos de los hitos tradicionales de nuestras navidades, el caganer sin duda merece una atención especial, seria uno de aquellos elementos propios de una identidad tribal no reproducida en ninguna otra cultura del mundo, como pueden ser los castellers.
gracias por tu presencia, i bon nadal !!
Oriol