Desde que empezó el año practicamente estuve dedicado por completo a la organización del lanzamiento de Ron Diplomático, en mi mente no cabia otra cosa que la palabra "ron" acompañada del ilustre cargo consular de la conocida marca venezolana.
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Liberado de las responsabilidades, hasta una próxima fiesta, me siento a escribir por primera vez en este 2010 sin un tema concreto. Estoy desentrenado en aquello de contar historias y vivencias sin el interés de transmitir las obsesiones del negocio propio.
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Así, en este primer día del segundo mes del nuevo año, llevo un buen rato inquieto frente a la pantalla sin saber por donde continuar el guión improvisado que siempre ha sido este blog. Miro la sala de estar de la casa, sin televisión ni música que despiste, a mi esposa sentada frente a mi respondiendo a familiares y amistades por el facebook, haciendo comentarios desconexos en voz alta que realmente no escucho aunque si respondo... cosas de los automatismos de matrimonios con una decena de años en las espaldas...
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En esta absoluta intimidad familiar, matrimonial, frente a frente y en silencio, nos acompaña un fiel compañero de nuestras noches de calma: la "Copichuela". En la jerga de mi casa nos referimos a un trago cotidiano después de cenar y de que los niños se hayan dormido. Una bebida siempre compartida entre Selva y yo que se disfruta lentamente entre semana y que los viernes o sábados que nos quedamos en casa tiene premio doble gracias a tertulias compartidas.
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Desde que me casé y desde que escribo por las noches nos gusta compartir un refrescante combinado, principalmente Ron con Coca Cola, el "cubata" discotequero en España, más conocido como el "cuba libre". Los inicios de esta costumbre familiar se remontan a Barcelona, entonces de manera mucho más esporádica, luego, en los años que vivimos en Caracas se afianzó la tradición gracias a los excelentes rones venezolanos. Ahora en Panamá la mini fiesta de cada noche casera continua, siendo los rones Abuelo 7 años y Ron Diplomático Reserva los ideales para la mezcla.
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La "copichuela" en mi matrimonio es una Institución sagrada, simboliza en una copa informal y sin pretensiones los pequeños placeres de la vida cotidiana. El término apareció casualmente una noche en Barcelona, fue mi cuñada María Andreina, de visita en casa, quien apreció ese pequeño placer casero y bautizó el acto de "tomar una copa" como tomar una "copichuela", un diminutivo muy castizo en España que busca en su definición relativizar o disimular la cantidad de la ingesta alcohólica.
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Desde entonces, siempre que hay un contacto telefónico con la familia venezolana a eso de las 10 de la noche, nos preguntan si tenemos en la mano la famosa "copichuela", ante la respuesta afirmativa, los seres queridos deben pensar que todo esta en orden en nuestra casa y que reina la paz y tranquilidad al abrigo de las estrellas.
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Epa maco, com que jo parlo i tu respons com un robot, bla bla bla bla bla, jajajajaja. D'ara en endavant em tindràs davant de tu oredandor mes muda que una paret, sol parlaré per a dir-te " qui serveix la pròxima COPICHUELA"
ResponderEliminarjajajaja visca la copichuela!!!
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