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Eurasia, cocina francesa de las colonias asiáticas

En Eurasia habré comido en unas 5 ocasiones aproximadamente y la razón del regreso tiene dos protagonistas: la crema de pescado con almejas y vieiras y sombrero de pasta de hojaldre, 4 de las 5 veces insuperable, una cumbre gastronómica en toda la regla.
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La otra razón que provoca mi regreso es al final del ágape, en los postres, con la mejor mesa de pasteles en donde destaca uno de chocolate que simplemente es el "no va más", propio de una mano pastelera artesana con fundamento que logra una textura que hace saltar lágrimas de placer. Lo hemos experimentado con amigos a quienes hemos invitado a descubrir el lugar y la reacción siempre es la misma: la sensualidad del chocolate en grado superlativo!!!
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Más allá de estas dos razones, el resto de la propuesta culinaria está trufada de fusiones franco orientales, algunas mejor logradas que otras pero que no alcanzan el cénit de la entrada y la salida, como en muchas operas, el segundo acto es la transición entre el espectáculo de la introducción y el éxtasis del final.
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La casona es de las pocas que quedan en pie en Bellavista y aporta el factor de elegancia por sus techos altos y los detalles de construcción del periodo glorioso de la urbanización. Tiene una decoración elegante con unos cuadros enormes de caballos. El conjunto genera una identidad que recuerda el periodo colonial asiático y a films como Indochine con Catherine Deneuve en donde dominaba la nostalgia por un pasado mejor. Eurasia pareciera descansar sobre ese letargo, ese es su mérito pero quizás también su defecto ya que en cada nueva visita nada ha cambiado y eso obliga a espaciar los retornos..
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La carta de vinos es correcta, le falta un poco más de espectáculo en vinos de mayor nivel para los días en que uno quiere fundir la tarjeta de crédito. La relación calidad / precio tiene que ver con la sopa de mariscos, si está como tiene que estar es baratisimo, pero si por casualidad no llega al nivel deseado, entonces la tarde parecerá demasiado costosa.

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