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domingo de espetada y cocido portugués

Para muchas familias de origen portugués, en Venezuela sobretodo originarios de la isla de Madeira, el domingo es un dia muy importante, sabemos que en Venezuela la colonia lusa es admirada por su empeño profesional y la enorme dedicación a sus negocios, de modo que ese día aprovechan para reunirse en familia y convocar a sus amigos para hacer encuentros donde el protagonismo gastronómico es fundamental.

El domingo pasado fuimos invitados a la casa de la familia política de mi cuñado Humberto. José Luis y Teresa son unos anfitriones increibles, nos consienten y agasajan de forma exquisita y para mi es un gran placer compartir con ellos. Es una familia muy participativa en su comunidad y en muchas ocasiones los encuentros se amenizan con grupos musicales portugueses que nos obseguian con los mejores fados de lisboa.

El triángulo gastronómico en las casas portuguesas está formado por las preparaciones de bacalao, el cocido y la espetada... hacer que confluyan los tres elementos en un solo día es demasiado, de modo que acostumbran a preparar dos de los tres pilares de su cultura. En esta ocasión nos deleitaron con la espetada y el cocido. En lo personal soy un fanático de la espetada en palo de laurel de Madeira o mejor dicho "Espetada en pau de louro"... ya que contiene un gran valor de comunión entre los presentes, se come en grupo y sin la necesidad de platos ni cubiertos, de modo que los invitados confluyen alrededor de los portadores de las ramas de laurel de forma desenfadada y sin protocolo... es perfecto para una tarde de domingo !!!!

A primera hora de la mañana José Luis De Freitas seleccionó, entre los árboles de laurel de su jardín, las ramas con el grosor adecuado para participar en la espetada, si son demasiado finas no aguantan el peso de la carne y si son demasiado gruesas resultan incómodas para pinchar los pedazos de lomito en la vara.
Una vez seleccionadas las ramas de laurel, José Luis toma una hoz de las de verdad para dejarla libre de hojas, luego afila la punta para poder "espetar" los pedazos de carne
Una vez cortada la carne de res en porciones para un solo bocado, se añade sal con hojas de laurel y se procede al clavado en las ramas de laurel. El fuego ya está listo.

las ramas entran en la parrilla, la brasa parece imperceptible pero está perfecta para que haga un trabajo delicado, la proximidad de la carne al calor de la brasa hace necesario que el calor del fuego esté controlado al máximo.
José Luis controla la cocción con maestría... las primeras ramas de laurel ya están a punto para empezar la comilona.
Quedan pocas reservas de espetada, el ataque de los presentes es furioso, hay que tomar la carne con los dedos o con pan... la carne está buenisima y se siente la presencia mágica del laurel en el aroma, no os podeis imaginar hasta que punto es decisiva su aportación.
Teresita, la anfitriona más acogedora del mundo y persona admirable por su fortaleza y optimismo, sostiene las dos últimas ramas. Después de tomar la foto, me abalancé sobre ella para quitarle la que guardaba entre las piernas...
mi cuñado y socio Humberto Silva, muestra con orgullo el cocido. Muy integrado en la cultura portuguesa gracias a su familia política.
el cocido a la manera de Madeira... lo más buscado por todos fue la oreja de cerdo.
Para comer el cocido portugués me retiré a un rinconcito del jardín, me lo tomé con calma... lo mejor la oreja con el contraste de las patatitas !!!!!!

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