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Una noche de 2005 a 1927

Una de estas noches, en una casa privada de la ciudad de Caracas, asistí como invitado a una sesión de degustación que resultó memorable. En principio uno de mis mejores vinos era el motivo del encuentro, el Cirsion 2005 de Bodegas Roda. Todos tenian curiosidad por comprobar si es cierto todo lo que se cuenta sobre este vino.La bienvenida tuvo como invitado sorpresa un vino blanco que destacaba por su rareza, el Ribolla gravner Anfora 2002 de la IGT Venezia Giulia, de color amarillo ámbar muy llamativo conquista por la complejidad y rareza de sus aromas que evoca no a un solo registro sino a toda una macedonia de frutas macerada durante varios dias. Lo más llamativo de este vino es su crianza en ánforas de barro, como en tiempos del imperio romano. Una curiosidad muy bienvenida para abrir una noche de enormes personalidades.

Los 5 tintos de la noche en el orden de aparición: Cirsion 2005, Château Léoville Barton 1996, Château Haut Batailley 1990, Château Margaux 1985, Château La Lagune 1986

Roda Cirsion 2005 consiguió complacer a los exigentes paladares de la noche, asustaba pensar que un 2005 podia ser tratado como un gran vino, parecía imposible que este tempranillo estuviera preparado para el combate pero la realidad es que es un vino nacido para asombrar y muestra una madurez sobresaliente fruto de la selección de racimos (uno de cada mil) que presentan un rara vinosidad natural que se aparta de la uva fresca... solo 12 meses de crianza y ya está listo para ser disfrutado, creo que podemos guardarlo de 3 a 5 años con plenas garantías de que mostrará mayores sorpresas aunque nace para ser bebido, todo lo contrario a lo que a partir de ese instante vivimos.


Aparecieron 4 joyas bordelesas en una sucesión vertiginosa que empezaba con un Château Léoville Barton 1996 un Deuxième Grand Cru Classé de Saint-Julien, el viñedo más pequeño de Léoville es uno de los grandes clasicos del Medoc con ensamblaje de cabernet sauvignon, merlot y algo de cabernet franc presenta una elegancia descomunal capaz aún de afinar 4 o 5 años más. Notas especiadas muy delicadas, recuerdos de tabaco y cacao y sobretodo fruta extremadamente madura. Para mi estaba en su punto más elevado, resulta dificil pensar que todavía pueda crecer más o será que simplemente me anoto en una filosofía del carpe diem que me deja plenamente satisfecho.

A estas alturas de la noche el viaje empezaba a ser único gracias a los profundos contrastes entre cada vino y aún aumentó esta sensación con la aparición de Château Haut Batailley 1990 de Pauillac sacrificado historicamente como un Cinquième Grand Cru Classé que demuestra lo injusto y duro de las clasificaciones en burdeos porque el vino nos dejó a todos boquiabiertos. Este vino que toma nombre de guerra por aquella de los cien años que tuvo lugar en su terruño de 50 hectareas en Pauillac, uno de los más grandes de la región. El vino demostró su fama de guarda, 17 años después de nacer era batallador por naturaleza y eso que aún no alcanza la mayoría de edad, puede ir tranquilamente a la universidad, buscar pareja, casarse y tener hijos, tener dos hipotecas y cuando termine de pagar la segunda volver a descorcharlo, para entonces es posible que nos explique su vida más pausadamente, a este vino las heridas de la guerra contra el tiempo le sientan bien.

El tercer bordelés de la noche gana sus partidos sin jugarlos, grande entre los grandes, un Château Margaux de 1985 aparecía en escena para provocar silencio entre los presentes. Para quien desee saber más de este mítico entre los grandes, la región de Margaux ha sido considerada historicamente la que ofrece mayor delicadeza y femininidad en el Medoc bordelés y Château Margaux es el mayor exponente. 78 hectareas de viñas principalmente de cabernet-sauvignon y merlot con una pequeña aportación de cabernet franc y petit verdot. Suelos de arcillas y gravas muy densos. Utilizan cuvas de roble para la fermentación y barricas de roble nuevo para una crianza de 18 a 24 meses. Château Margaux nos enseña el equilibrio supremo entre delicadeza y opulencia, es complejo con notas de frutos negros pero también flores de verano y rosas secas. Si bien no es considerada la mejor añada de su reciente historia, este 1985 sigue siendo profundo y los taninos aún permiten augurarle una bonita madurez, estaba perfecto y simplemente uno debe sonreir complacido ante la posibilidad de experimentarlo.

El Château La Lagune 1985 un Troisième Grand Cru Classé del Haut Medoc lo tenía aparentemente dificil para superar a los anteriores pero se trata de un grandisimo vino que propuso una vivencia opuesta al anterior, quizás más femenino de lo esperado, su firme delicadeza ayudaba a cerrar este profundo viaje de 20 años, a estas alturas no esperabamos estridencias juveniles sinó belleza clásica y en ese terreno La Lagune juega muy bien sus cartas.
Me sentía feliz y profundamente agradecido a nuestro anfitrión, yo esperaba una noche en la que todo giraría sobre el arte vanguardista de "mi" Cirsion y acabé gozando de los grandes movimientos artísticos que los franceses inciaron con el impresionismo y culminaron con el art nouveau, movimientos que fueron en su día una gran revolución para la historia del arte. Hoy consideramos clásicos incontestables a Renoir, Cezanne o Gauguin del mismo modo que a otros inmortales como Margaux, Petrus o Mouton Rothschild, la diferencia mágica es que en el mundo del vino cada año, cada vendimia, renace el espiritu de estos clásicos para seguir siendo vivos y al alcance de los mortales por un precio tremendamente más solidario que un ejemplar único de las tahitianas de gauguin. Afortunadamente Cirsion se comportó como aquel joven Pablo Picasso recién llegado a Paris que supo ganar su espacio propio en el terreno más complicado para destacar... y para que no quedaran dudas del pasado andaluz del genio malagueño, Cirsion se hizo acompañar del mejor vino del sur de España, el Robles Pedro Ximenez selección de soleras 1927, un vino dulce de uvas pasas de la D.O. Montilla-Moriles de Córdoba, con notas de piel de naranja, dátiles, viejisimo, sublime, incontestable y tan atractivo que para todos fue como la absenta de una fiesta impresionista en Montmartre... pura felicidad
Robles Dulce de Pasas Pedro Ximenez Selección soleras 1927


D.O. Montilla Moriles (cordoba)

Comentarios

  1. un siglo visto por el vino. Precioso!

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  2. y lo más bonito es que una uva pedro ximenez nacida en el otoño de 1927 creo el alma del Robles y vio nacer y crecer a todos los demás participantes de la velada.

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  3. Anónimo11:47 p. m.

    Hola Oriol,
    La verdad es que siempre me había pasado por el Blog de Serra & Silva pero es primera vez que me picó la curiosidad y entre en este.
    Te felicito y te invito a que conozcas La Casa de Antociano.
    Adicionalmente te invito a que te unas a las próximas ediciones de Iberoamérica en Cata, un grupo de bloggeros de habla hispana nos reunimos una vez al mes para catar algún vino que se haya acordado previamente.
    Imagino que participaras con alguno del catálogo de Serra & Silva :-)
    Saludos,

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  4. Apreciado Gilberto,
    me ha gustado mucho vuestro blog. Me parece interesante unirme a vosotros para celebrar catas... en cuanto puedas me cuentas la dinámica.
    felicidades por la iniciativa

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  5. esto si que suena interesante Gilberto!!!

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  6. Gilberto, ya ves que concentras interes... queremos saber el proximo show !!!!!!

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