6 empanadas 6 para la reconciliación, para el retorno a una senda, encauzar una trayectoria, motivar el paladar por las mañanas, el regreso a un continente de masa horneada y relleno lleno de motivación en los desayunos... fue largo el recorrido que tuve que andar desde las últimas empanadas míticas de Venezuela hasta alcanzar las del "Caminito Gourmet", primas hermanas de las que disfrutaba desde Caracas a Margarita, de Puerto La Cruz a San Cristobal, en quiosquitos callejeros, taguaras, tarantines, puestos de mercado y bulevares de la empanada, y en lugares que deberían figurar en la Guía Michelín alternativa como aquel de las empanadas operadas del centro de Valencia en donde los guisos eran insuperables.
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Gracias a los amigos argentinos del Restaurante Casuale de Bellavista obtuve un dato clave, la apertura de "Caminito Gourmet" a pocos metros de nuestras oficinas en Costa del Este, concretamente en el pequeño centro comercial donde se localiza la sucursal del BAC. Acudí al día siguiente de la inauguración y ensayé las tres primeras versiones, al instante sabía que había recuperado el santo grial de los desayunos, por fin, año y medio después de aterrizar en Panamá, dejaba de sentirme huérfano a la hora del primer bocado, café doble y lectura del periódico.
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La empanada era en Venezuela el modo más sabroso de romper el ayuno, versión satisfactoria de los desayunos catalanes de cuchillo y tenedor que tanto marcaron mi juventud en lugares como El tabique o el Bar Nin, excesos de grasa y colesterol incluidos. Las arepas de pernil y cualquier forma de presentación del chicharrón completaron mis preferencias criollas.
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Desde el descubrimiento del Caminito Gourmet acudo practicamente a diario para saborear alguna de las 22 versiones que presentan y después de haber ensayado con casi todas solo puedo decir que vivo fascinado. La empanada argentina en su concepción está en el extremo opuesto de las venezolanas, estas se cocinan en el horno mientras que aquellas flotaban en aceite hirviente, quizás las arterias lo agradezcan. En lo que no hay diferencia es entre las buenas o las malas empanadas y en este sentido la clave es lo que ocurre en su interior, en el mérito culinario para proponer guisos que seduzcan al paladar, y este mérito en el caso de Caminito tiene que ver con el que aparece en la siguiente imagen:
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Marcelo Contreras es el chef y junto al resto de profesionales que trabajan en su cocina elaboran a diario la amplia colección presente en los mostradores de la tienda. Una selección pensada para que cada cliente encuentre su grupo de empanadas favoritas, tanto por el concepto del relleno como por el escalado de precios. La mayoría de las propuestas no superan el dólar y medio: la de maiz, cebolla con mozarela, pollo, chorizo, cuatro quesos, salami, carne cortada, capresa, espinaca con ricota y dos de mis favoritas, la de carne molida con aceitunas, huevo y picante y la de puerros con queso.
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Cada día ofrecen una selección especial del chef con precios que oscilan entre 2.5 y 3.5 dólares, ahi encontramos joyas como la de atún y las más espectaculares hasta el momento: la empanada de entraña y la de cordero patagónico. La identificación de estas nuevas pequeñas joyas gastronómicas con las que provocaban mis delirios en Venezuela tienen otro complemento imperdible: las salsas de acompañamiento y los picantes, imprescindibles para modificar el sabor a cada mordisco cuando el día llama al alterne y los contrastes.
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Si a todo esto le sumamos que el lugar es limpio, bien decorado, con una amplia selección de vinos y bebidas para los almuerzos y hasta con un lounge para comer en cómodos sofás, la oferta supera cualquier expectativa, más que un caminito, lo que he encontrado es la Autopista de la Empanada.
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Cada día ofrecen una selección especial del chef con precios que oscilan entre 2.5 y 3.5 dólares, ahi encontramos joyas como la de atún y las más espectaculares hasta el momento: la empanada de entraña y la de cordero patagónico. La identificación de estas nuevas pequeñas joyas gastronómicas con las que provocaban mis delirios en Venezuela tienen otro complemento imperdible: las salsas de acompañamiento y los picantes, imprescindibles para modificar el sabor a cada mordisco cuando el día llama al alterne y los contrastes.
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Si a todo esto le sumamos que el lugar es limpio, bien decorado, con una amplia selección de vinos y bebidas para los almuerzos y hasta con un lounge para comer en cómodos sofás, la oferta supera cualquier expectativa, más que un caminito, lo que he encontrado es la Autopista de la Empanada.
Ya te imagino,periodico al lado, cafe incluido, piernas entreabiertas, como para que no te caiga en el pantalon la salsa o el picante que le sueles agregar a esas exquisiteces que alguien , por alli, en buena hora , para ti y muchos lo imagino, a ese Caminito se acercan a disfrutar ese tan nuestro, y tuyo, desayuno venezolano. En otras horas del dia, como que no pegan mucho. Siempre y cuando la necesidad no apremie.Que no es tu caso. Salvo que hayas cambiado con los calores panameños. Buen Provecho.
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