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Papi, ¿podemos hacer un picnic?

Cuando pregunto a mi hija de 4 años sobre lo que más le gusta hacer con nosotros, ella responde siempre: jugar, salir a pasear y comer en restaurantes. Nuestras salidas los sábados siempre tienen el aliciente de descubrir un nuevo restaurante, sea en Caracas como en los alrededores, del mismo modo que haciamos en Catalunya, mi hija se acostumbró desde su nacimiento a viajar por Europa en el coche, a salir de excursión el fin de semana en búsqueda de escenarios naturales, históricos y culturales, y a encontrar una buena mesa donde disfrutar de nuevas experiencias gastronómicas.

Para evitar que se canse antes de tiempo en la mesa por las esperas, disponemos de un kit infantil formado principalmente por papel y lapices para el dibujo de historias y mini historias (la clasificación depende de mi implicación mayor o menor en los dibujos), y pequeños muñecos que puedan estar encima de la mesa sin molestar la llegada de los platos. Para ella la experiencia en la mesa resulta completa, juega, comparte con nosotros su mundo infantil y disfruta de la misma comida.

Pero sin duda lo que más le llama la atención es el picnic por todo lo que supone de organización familiar y contacto con la naturaleza, por las sorpresas que le prepara mamá, se convirte en una persona radiante y feliz. Constantemente pregunta cuando haremos un nuevo picnic y desde hace un tiempo hemos encontrado una solución alternativa que colma sus deseos en la cena: el picnic en casa

Organizamos un picnic en la habitación matrimonial, la cama se convierte cada día en un escenario distinto y encima nos sentamos toda la familia como si estuvieramos en la hierba. Se va feliz a la cama, con la última aventura del día, la mejor de todas porque es unicamente fruto de la imaginación.

Comentarios

  1. Mundo mágico. Con ellos regresamos a la infancia. Hermoso post!

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  2. Anónimo4:02 p. m.

    El post és preciós... jo també vull un picnic

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