Este fin de semana nuestros pasos se dirigen de nuevo hacia el patrimonio histórico de Panamá, queremos conocer uno de los rincones del Mar Caribe que hasta hoy no hemos desvelado, la "Costa Abajo" de Colón, la franja marítima situada al noroeste de la Bahía de Colón, puerta de entrada en el Atlántico del Canal de Panamá.
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Es bien conocida por nosotros la costa "arriba" de Colón por nuestros frecuentes paseos a la villa fortificada de Portobelo enmarcada en el Parque Nacional del mismo nombre, tránsitos de ocio que para nosotros culmina en el reposo del Bananas Resort de Isla Grande.
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Si Portobelo tuvo relevancia como puerto español en tiempos de la Colonia para la salida de mercancias desde las Indias hacia la metropoli, el Fuerte de San Lorenzo es una fortificación defensiva hermana situada en la desembocadura del río más importante de Panamá, el Río Chagres, un río navegable que cubría por tránsito fluvial algo más de dos tercios de la distancia interoceánica siendo precursos de una especie de Canal de Panamá natural, eso sí, restringido al tránsito de pequeñas embarcaciones y con la dificultad enorme de ir a contracorriente en el desplazamiento desde el Caribe a las tierras interiores, lo que requería entre 3 y 4 días de penoso esfuerzo.
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En un punto de aquel recorrido histórico, en lo que actualmente es el Parque Nacional Soberanía, se econtraban el Río Chagres con el Camino de Cruces proveniente de Portobelo. Desde este punto el Camino de Cruces transcurría a lomos de mula y durante algo más de un día como única vía hasta la Ciudad de Panamá constituyendo dichos recursos, el terrestre y el fluvial, la primera ruta intercontinental de América que únia las costas de ambos océanos en "solo" 5 días.
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Portobelo y San Lorenzo están hermanadas por la historia y los acontecimientos desde su mismo nacimiento, decisión del monarca Felipe II para defender la costa panameña de los piratas, ambas sucumbieron a los ataques de los famosos filibusteros ingleses Vernon y Morgan, y ambas fortificaciones después de quedar en el olvido, fueron recuperadas en el siglo XX gracias a la declaración de los sitios históricos por parte de la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad.
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A lomos de un vehículo a motor, en los albores del segundo milenio, nos dirigimos ilusionados a este llamado de la historia cruzando la flamante autopista que 500 años después une ambas costas oceánicas en un tránsito de escasamente 45 minutos. Los tiempos han cambiado mucho, es por ello que deseamos escuchar lo que las ruinas nos quieran contar.
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imagen tomada de Google Panoramio
Gracias Oriol por tus informaciones, estare muy al tanto de los relatos a Tu vuelta.
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