Beirut es otro de los restaurantes imprescindibles de Ciudad de Panamá, he perdido la cuenta de las visitas realizadas, sea para tomar un trago en la terraza, para almorzar rápido en un mediodía laboral o para una cena sin prisas con amigos para regalarnos uno de aquellos festines en la cueva de ali babá en la que pedimos tantos platillos libaneses que no caben en la mesa.
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Su carta es abrumadora por lo extensa, sirven comida internacional, pastas o pizzas para los que no gustan de las especialidades libanesas o indostanas. Pero no podemos desperdiciar la visita y dejar de probar su perfecto dominio de la cocina del mediterraneo oriental, aqui se sentirán cómodos todos los creyentes del crisol de religiones nacidas en el oriente próximo.
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Para los novatos, una buena manera de tomar contacto con Beirut es pedir alguna de las propuestas de platos combinados: en primer lugar podremos untar en el pan pita las cremas Hummus de garbanzo, el mutabal de berenjenas y el Labne o yogur con ajo. Luego platos más cocinados como la Musakaa, Kibbe Frito y falafel. Ensaladas refrescantes como el tabule, los tabaquitos de Hojas de Uva y terminar con una bandeja Mixta de Carne.
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Pedir el picante suave de pimientos rojos para mejorar las combinaciones de cremas con carnes. La receta es un secreto del chef y he intentado que me la de, pero es tan celoso que lo máximo que me regala es una ración extra para la casa.
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Fuera de los menús combinados, me encanta el Baba Ganouch, otra crema en donde la berenjena es protagonista, pero en este caso primero es asada y luego molida y enriquecida con crema de ajonjoli, es insuperable. El Kibbe crudo es otra de las maravillas del restaurante y para comer caliente, lo mejor es el Kafta de cordero al carbón.
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No es lugar que invite al vino, prefiero la cerveza y tienen alemanas muy intensas, perfectas para sabores tan contrastados. El precio es justo y el servicio siempre esmerado. Un imprescindible en la ciudad.
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Su carta es abrumadora por lo extensa, sirven comida internacional, pastas o pizzas para los que no gustan de las especialidades libanesas o indostanas. Pero no podemos desperdiciar la visita y dejar de probar su perfecto dominio de la cocina del mediterraneo oriental, aqui se sentirán cómodos todos los creyentes del crisol de religiones nacidas en el oriente próximo.
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Para los novatos, una buena manera de tomar contacto con Beirut es pedir alguna de las propuestas de platos combinados: en primer lugar podremos untar en el pan pita las cremas Hummus de garbanzo, el mutabal de berenjenas y el Labne o yogur con ajo. Luego platos más cocinados como la Musakaa, Kibbe Frito y falafel. Ensaladas refrescantes como el tabule, los tabaquitos de Hojas de Uva y terminar con una bandeja Mixta de Carne.
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Pedir el picante suave de pimientos rojos para mejorar las combinaciones de cremas con carnes. La receta es un secreto del chef y he intentado que me la de, pero es tan celoso que lo máximo que me regala es una ración extra para la casa.
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Fuera de los menús combinados, me encanta el Baba Ganouch, otra crema en donde la berenjena es protagonista, pero en este caso primero es asada y luego molida y enriquecida con crema de ajonjoli, es insuperable. El Kibbe crudo es otra de las maravillas del restaurante y para comer caliente, lo mejor es el Kafta de cordero al carbón.
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No es lugar que invite al vino, prefiero la cerveza y tienen alemanas muy intensas, perfectas para sabores tan contrastados. El precio es justo y el servicio siempre esmerado. Un imprescindible en la ciudad.
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