Hoy madrugué, me levanté para acercar las 6 horas de diferencia con España y trabajar en conexión con el Marqués de Griñon en la preparación del contenedor de vino que llega a finales de agosto. El Sol despunta en el trópico a alta velocidad en comparación con mi tierra donde los amaneceres son más lánguidos y parsimoniosos, a esa hora estaba muerto de hambre y entré en el primer lugar más o menos digno que encontré para desayunar empanada (siempre pregunto a los quioscos de prensa donde se desayuna bien). Pedí la primera, de carne, estaba buenisima y el picante quitaba el ultimo resto de soñolencia, ataqué la segunda, de pollo, no tan explosiva en sabor, y revisando un articulo de El Nacional donde explicaba la posible candidatura presidencial de El Conde del Guácharo, la única persona que me hace sentir que aún no entiendo ni el 10% del "idioma" venezolano popular, decidí ir a por la tercera, de queso... café pequeño corto de leche y un cigarrillo matutino para recordar que
Gastronomía