Hoy madrugué, me levanté para acercar las 6 horas de diferencia con España y trabajar en conexión con el Marqués de Griñon en la preparación del contenedor de vino que llega a finales de agosto. El Sol despunta en el trópico a alta velocidad en comparación con mi tierra donde los amaneceres son más lánguidos y parsimoniosos, a esa hora estaba muerto de hambre y entré en el primer lugar más o menos digno que encontré para desayunar empanada (siempre pregunto a los quioscos de prensa donde se desayuna bien).
Pedí la primera, de carne, estaba buenisima y el picante quitaba el ultimo resto de soñolencia, ataqué la segunda, de pollo, no tan explosiva en sabor, y revisando un articulo de El Nacional donde explicaba la posible candidatura presidencial de El Conde del Guácharo, la única persona que me hace sentir que aún no entiendo ni el 10% del "idioma" venezolano popular, decidí ir a por la tercera, de queso... café pequeño corto de leche y un cigarrillo matutino para recordar que no somos eternos...
Busco en Caracas repetir las dos experiencias más inolvidables que he tenido con las empanadas, en el Bulevar de la empanada de Puerto Lacruz, al lado del ferry, donde comí una de calamares que no he podido olvidar. En Margarita, los puestos del Mercado de Conejeros, donde acabé con un empacho de empanadas de pescado...
El mundo de la empanada me fascina porque en nuestras vidas sedentarias y aburguesadas es el unico deporte de riesgo que podemos practicar diariamente (a excepción de los motorizados que se mueven por esta capital)... es la ruleta rusa en versión comestible, las balas evidentemente son las grasas saturadas de esos aceites de origen incierto y fritanga acumulada... cuanto más dudosa la reputación, más buenas acaban siendo.
Busco en estos bulevares con decenas de pequeños negocios un estilo de señora, con un fisico concreto y una mirada no demasiado desgastada que consigue conquistarme... ahi me quedo, a su ladito, recogiendo todas las empanadas que tenga a bien prepararme con sus propias manos... Si cierro los ojos puedo escuchar a la gordisima mamma de mi amigo Giusseppe cuando me invitaba a su pueblo en Le Marche: "maaaaangia, figlio mio, maaaaaangia"... y ahi estaba yo, comiendo las salvajadas más increibles que haya visto en mesa italiana para cenar, y la señora metiendo otro cucharón de comida cuando aún no habia terminado la tercera ración de codillo en salsa... "maaaaaaaangia che non fa maaaaaaaaaaaale !!!!!!"
La empanada es el recuerdo de la "otra" madre que todos hemos tenido, la que nos consiente el paladar con todo lo politicamente incorrecto para nuestra salud... el croissant de chocolate que traia la abuela para merendar, los churros grasientos que los españoles buscan para terminar una noche de excesos, las patatas fritas que preparaba mi querida tata y que después de muchos estudios universitarios hemos conseguido reproducir fielmente en casa... los huevos fritos que come mi suegro solo los sábados para darse el auténtico lujo de comer una vez por semana lo prohibido por los doctores.
Esta rama ilicita de la gastronomía representa el lado oscuro del yin y el yang, nos desnuda por un instante la tozudez de ser adultos responsables para sucumbir apasionadamente en el niño que todos guardamos.
Pedí la primera, de carne, estaba buenisima y el picante quitaba el ultimo resto de soñolencia, ataqué la segunda, de pollo, no tan explosiva en sabor, y revisando un articulo de El Nacional donde explicaba la posible candidatura presidencial de El Conde del Guácharo, la única persona que me hace sentir que aún no entiendo ni el 10% del "idioma" venezolano popular, decidí ir a por la tercera, de queso... café pequeño corto de leche y un cigarrillo matutino para recordar que no somos eternos...
Busco en Caracas repetir las dos experiencias más inolvidables que he tenido con las empanadas, en el Bulevar de la empanada de Puerto Lacruz, al lado del ferry, donde comí una de calamares que no he podido olvidar. En Margarita, los puestos del Mercado de Conejeros, donde acabé con un empacho de empanadas de pescado...
El mundo de la empanada me fascina porque en nuestras vidas sedentarias y aburguesadas es el unico deporte de riesgo que podemos practicar diariamente (a excepción de los motorizados que se mueven por esta capital)... es la ruleta rusa en versión comestible, las balas evidentemente son las grasas saturadas de esos aceites de origen incierto y fritanga acumulada... cuanto más dudosa la reputación, más buenas acaban siendo.
Busco en estos bulevares con decenas de pequeños negocios un estilo de señora, con un fisico concreto y una mirada no demasiado desgastada que consigue conquistarme... ahi me quedo, a su ladito, recogiendo todas las empanadas que tenga a bien prepararme con sus propias manos... Si cierro los ojos puedo escuchar a la gordisima mamma de mi amigo Giusseppe cuando me invitaba a su pueblo en Le Marche: "maaaaangia, figlio mio, maaaaaangia"... y ahi estaba yo, comiendo las salvajadas más increibles que haya visto en mesa italiana para cenar, y la señora metiendo otro cucharón de comida cuando aún no habia terminado la tercera ración de codillo en salsa... "maaaaaaaangia che non fa maaaaaaaaaaaale !!!!!!"
La empanada es el recuerdo de la "otra" madre que todos hemos tenido, la que nos consiente el paladar con todo lo politicamente incorrecto para nuestra salud... el croissant de chocolate que traia la abuela para merendar, los churros grasientos que los españoles buscan para terminar una noche de excesos, las patatas fritas que preparaba mi querida tata y que después de muchos estudios universitarios hemos conseguido reproducir fielmente en casa... los huevos fritos que come mi suegro solo los sábados para darse el auténtico lujo de comer una vez por semana lo prohibido por los doctores.
Esta rama ilicita de la gastronomía representa el lado oscuro del yin y el yang, nos desnuda por un instante la tozudez de ser adultos responsables para sucumbir apasionadamente en el niño que todos guardamos.
Hola oriol, tiempo sin aparecer por estos lares...demasiado trabajo!!
ResponderEliminarMe he reido un monton con lo de la arepa iberica y ahora con esto de las empanadas, la verdad es que como una empanada poco...y me encanto lo del romance con la cocina venezolana, te felicito porque no veo manera de vivir en un pais si no es de esa manera!! buenisimo como escribes, ademas te cuento que tu lenguaje tambien pareciera muy criollo!
Saludo y cariño.
Olé, tete que grande eres realmente creo que ni nosotros que somo oriundos de estos lares del emisferio somos capaces de describir tan maravillosamente ese manjar que es una empanada.
ResponderEliminarY ya sabes vota piedra..........
mira carlos lo de vota piedra no lo soporto, creo que ahora somos de dos bandos distintos, pero tengo que admitir que voto piedra cada vez que te escucho hablar de eso!!!
ResponderEliminarigualito te quiero.
y a oriol le digo que ni de vaina vote piedra!!
chao
Mi querida Ana Belen,
ResponderEliminarBienvenida por estos lares, me encanta que me visites !!!!!!
Espero no tener que "botar piedra" nunca... en mi familia hay antecedentes de problemas "uriológicos" y mi médico de cabecera siempre me ha recomendado que beba dos litros de agua al día para mitigar esta tendencia.
Muchas gracias por tus palabras y ánimos. En verdad espero que nos conozcamos personalmente muy pronto, tu no lo sabes porque nunca me he presentado, pero una vez al mes (más o menos) estoy en tu restaurante para comer con una amiga a quien le encanta la tertulia en tu terraza...
yo soy el que encarga el desayuno, lo paga, se va a hacer diligencias cercanas y cuando regreso tengo las empanadas a punto ;-)
hola oriol.........entonces ya creo que se quien eres pero no te perdono que nunca me llames, igual me gusta saber que visitas de vez en cuando mi restaurante... la proxima vez llamame porfa, supe que el lunes despues del partido de futbol estuvistes por alla pero es mi dia libre!!!
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
y a ver si organizas nuevamente un juego asi!
chao
Hola Ana Belen,
ResponderEliminarLa última vez que estuve fue el lunes despues de que golearas a españa. No dudes que en mi próxima visita voy directo a la cocina !!!!!
Creo que para el proximo partido podriamos aprovechar las finales de las grandes ligas de baseball para jugar contra los cocineros norteamericanos... ¿ a quien te imaginas de cuarto bate ?
Bueno, bueno, bueno...
ResponderEliminarTres veces bueno, como padre, como amigo y como hijo...
¿Cómo esposo?... ¿quién lo podría dudar?...
El hijo que come todo, el padre que hace el payaso particular para su adorada bebita, y el amigo que dice su amor.
Eso de piedras, esperemos que no nos las tengamos que tragar o nos las metan por difíciles lugares.
La esperanza nos hizo una sonrisa en estos días. No sabemos. Mientras tanto, observo con asco la celebración del amor en articulo-mortis con traje de novios colorados a la pareja de la franquicia de dictadores.
saludos de aquella amiga de la expo-gastronomica...