


Este pan con tomate y aceite de oliva es coronado por un picadillo de jamón ibérico, se funde en la boca y supera el clásico problema del jamón encima del pan... que al primer mordisco uno se lleva con los dientes la lonja completa de jamón dejando al pan huerfano del embutido... con esta idea se aprovecha hasta el más pequeño recoveco de carne en la pata del jamón y el pan queda vestido con el sabor ibérico hasta el último mordisco. Genial !
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